Sandro Rosell ya no es presidente del FC Barcelona. Con casi una hora y media de retraso sobre el horario previsto inicialmente, el dirigente comparecía en la sala de prensa del Camp Nou para confirmar lo que era un secreto a voces: su dimisión como presidente del club. Le sustituirá en la presidencia el vicepresidente deportivo, Josep María Bartomeu, quien finalizará el actual mandato, hasta el 30 de junio de 2016.
La salida de Rosell se produce un día después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz admitiera a trámite la querella interpuesta por el socio Jordi Cases por apropiación indebida en el fichaje del brasileño Neymar.
En su comparecencia, celebrada tras una reunión de urgencia con sus directivos en el Camp Nou, Rosell defendía la legalidad del fichaje y atribuía la situación a "envidias". "En los últimos días, además, una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida ha desembocado en una querella contra mí en la Audiencia Nacional. Desde el primer momento he dicho que el fichaje de Neymar Junior es correcto y que la contratación ha provocado la desesperación y la envidia de algunos de nuestros adversarios", ha afirmado.
"El derecho de los socios a ser informados debe ser compatible con la defensa del club y la confidencialidad de algunas materias y hechos. Esta confidencialidad es esencial en el mundo del fútbol porque en caso contrario puede conllevar unos perjuicios para el propio club", añadía sobre las cifras del fichaje.
Rosell ha dicho que la dimisión es "irrevocable" y que ha tomado esta decisión para no dañar la imagen del equipo. Según ha dicho, se sentía "agotado" y "enfadado" por los ataques que, en su opinión, recibe el club en el ámbito judicial, aunque la razón fundamental es la incompatibilidad que existe entre la presidencia y una eventual imputación judicial, que podría desprenderse de la querella que ha admitido a trámite la Audiencia Nacional contra él.
Además, ha subrayado que no se sentía cómodo con los ataques que, según ha dicho, ha estado recibiendo por anónimos, así como su familia.
Tras su renuncia, Rosell pone punto y final a tres años y medio como presidente, y deja al frente de la institución al vicepresidente Bartomeu, quien deberá pilotar el club hasta final del mandato, por lo que se desvanece la idea de adelantar elecciones para este verano.