Tom Cruise, Demi Moore, Pamela Anderson, Daniel Craig, Alice Cooper, Tony y Cherie Blair, LeBron James, Radamel Falcao, Tiger Woods... Muchos son los famosos que se han visto seducidos por la crioterapia y en concreto por la sauna criogénica (criosauna), una de las últimas modas en salud y belleza, exponiendo sus cuerpos a temperaturas de hasta 200 grados bajo cero durante unos pocos minutos.
La crioterapia nació hace ya más de tres décadas, pero no es hasta ahora cuando la criosauna se pone de moda en España gracias a Cristiano Ronaldo. El diario El Mundo publicó esta misma semana que el futbolista del Real Madrid adquirió el pasado mes de agosto una criosauna, valorada en unos 45.000 euros, para poder recuperarse tras los partidos en su casa de La Finca, sin necesidad de perder el tiempo en desplazamientos al centro estético donde la adquirió: Cryosalud y Belleza, situado en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
Sin embargo, la criosauna o crioterapia de cuerpo entero es una práctica habitual desde hace años en algunos países de Europa del Este. De hecho, las criosaunas están muy extendidas en Rusia, Ucrania y Polonia, donde incluso hay saunas de la Seguridad Social que los ciudadanos pueden utilizar diez veces al año.
El nacimiento de la crioterapia
La crioterapia (del griego κρύο(ς)/kryo(s)=frío y θεραπεία/terapia) empieza a conocerse realmente ahora en nuestro país, aunque las distintas técnicas relacionadas con el frío, más allá de la criosauna –las primeras cámaras llegaron a España en el primer trimestre de 2012 de la mano de la empresaria letona Dana Losane, directora de Cryosalud y Belleza–, se vienen realizando desde hace más de tres décadas como alternativa al calor gracias a sus propiedades vasoconstrictoras, analgésica, anestésica y antiinflamatoria.
En 1978, el Dr. Yamaguchi empezó a utilizar en Japón el tratamiento de frío extremo de corta duración en la piel de los pacientes con artritis reumatoide con el fin de aliviar los dolores. A partir de entonces, la crioterapia pasó a usarse para curar diversos tipos de dermatitis, patologías cardiovasculares, hepáticas y pulmonares y desajustes hormonales, entre otras enfermedades. La crioterapia –y en concreto la criosauna– también es utilizada para adelgazar, llegando a quemar "más de 200 calorías en una sola sesión", según apuntan desde la Clínica Daia –otro de los pocos centros en España que cuentan con este tipo de aparatos– en declaraciones a Libertad Digital.
Más allá de su utilidad en la lucha contra la obesidad, a nivel estético, la crioterapia sirve también para reducir la celulitis, fortalecer el pelo y las uñas y como efecto antiarrugas, entre otras muchas ventajas, además de ayudar a conciliar el sueño. "Incluso", afirman desde Daia, "mejora las relaciones sexuales porque libera endorfinas –también llamadas hormonas del bienestar– y aumenta la libido".
Salud y belleza son, por tanto, los campos en los que se utiliza la crioterapia, una técnica a la que también se han sumado deportistas de elite en los últimos años para superar lesiones, recuperarse tras el ejercicio físico y aumentar el rendimiento deportivo.
¿Cuáles son los beneficios?
A grandes rasgos, éstas son las principales aplicaciones de la crioterapia:
- Tratamiento médico: reumatología y vertebrología, hepatología, neurología (migrañas, trastornos de sueño, esclerosis múltiple...), dermatología (eccemas, psoriasis, dermatitis...), enfermedades pulmonares (cura de catarros y gripes) y cardiovasculares, urología (impotencia, mejora de la libido...), ginecología y endocrinología (adelgazamiento, tratamiento de la obesidad y otros problemas relacionados con el metabolismo)
- Tratamiento estético: reafirmación y rejuvenecimiento de la piel, reducción de la celulitis, prevención del envejecimiento, efecto antiarrugas, fortalecimiento capilar y de las uñas, mejora de los defectos de la piel...
- Tratamiento deportivo: cura de lesiones, mejora del rendimiento (aumento de la masa muscular y del nivel de hematocrito), nivel de autoestima...
Conocidos a grandes rasgos los beneficios que aporta al organismo, varias dudas sobre la crioterapia asaltan al ciudadano: ¿cómo funciona la criosauna?, ¿cuántas hay en España?, ¿están los precios al alcance del bolsillo de un mortal?, ¿presenta alguna contraindicación? Son preguntas a las que trataremos de dar respuesta en Libertad Digital.
Frío pero indoloro
Las criosaunas son unas complejas cámaras, con una altura máxima de dos metros y no más de 380 kilos de peso –se necesita un espacio de unos diez metros cuadrados para su correcta instalación, según explican a este periódico desde Cryosalud y Belleza–, que exponen al organismo a temperaturas de entre -110 y -196 grados. El tiempo de cada sesión es de entre uno y tres minutos –"tres minutos y medio o cuatro como muchísimo, dependiendo de la constitución y la condición física de la persona", nos explican–, lo que es suficiente para mejorar nuestros mecanismos de defensa y activar al cien por cien la circulación sanguínea.
Según el doctor Antonio Hernández, de Cryosalud y Belleza, en las criosaunas (en España se utilizan dos modelos: Space Cabin y Kryon) existen unos mecanismos que desprenden una mezcla de nitrógeno helado y otros aires vaporizados que "progresivamente, en cuestión de apenas un par de minutos, hacen que la temperatura externa baje hasta los 200 bajo cero. Los recepctores de la piel reciben esa información". "Se siente mucho frío, obviamente, pero no duele gracias básicamente a la liberación de endorfinas, lo que produce una sensación de placer y bienestar".
"Parece que se produce una congelación del cuerpo", continúa relatando el galeno, "aunque en realidad es todo lo contrario porque la temperatura interna de nuestro cuerpo debe ser siempre constante, a unos 37 grados (…) Esa información de frío extremo llega al cerebro y éste despierta todos los mecanismos de defensa para poder preservar todas las funciones de los órganos, lo que entre otras cosas permite aumentar el nivel de flujo sanguíneo". Así, esta sangre enriquecida viaja entonces por nuestro sistema circulatorio y todo el organismo se beneficia de los nutrientes que ésta transporta.
"En una segunda fase, cuando ya se recupera la temperatura", apunta el doctor Hernández, "se produce una vasodilatación, lo que repercute en la piel, el oxígeno en la sangre y los aminoácidos, permitiendo con el paso de las sesiones que la piel vaya autorregenerándose".
En el caso concreto de los deportistas, éstos "siempre agradecen la criosauna porque, además de liberar toxinas tras el ejercicio físico, consiguen regular instantáneamente tanto el PH de su cuerpo como el ácido láctico. En cuestión de una hora, el deportista puede estar recuperado perfectamente", añade el facultativo de Cryosalud, citando como referencia un estudio elaborado recientemente por el Instituto Nacional del Deporte francés (INSEP).
Pero también mejora el rendimiento deportivo de los atletas gracias al aumento de testosterona (repercute en la masa muscular), del nivel de hematocrito (glóbulos rojos en la sangre) y EPO, así como a la liberación de endorfinas, "observándose mejoras a nivel emocional". "Y ello", apunta el doctor Hernández, "permite al deportista encontrar un mayor equilibrio emocional, afrontando la competición en las mejores condiciones mentales".
¿Quiénes la usan?
Hace unos meses pudimos ver utilizando la criosauna a Franck Ribéry, futbolista francés del Bayern de Múnich, y poco después siguieron sus pasos los componentes de la plantilla del AS Mónaco –entre ellos el delantero colombiano Radamel Falcao–, los ciclistas del equipo Movistar Team, con el español Alejandro Valverde y el colombiano Nairo Quintana –subcampeón del pasado Tour de Francia–, o el fondista madrileño Chema Martínez.
También es conocido el caso de estrellas de la NBA como LeBron James (Miami Heat) o los jugadores de los Dallas Mavericks, en cuyas filas milita desde esta temporada el base español José Manuel Calderón, además del golfista Tiger Woods o el jugador de béisbol CJ Wilson (Los Angeles Angels of Anaheim), de la liga profesional estadounidense (MLB), entre otros.
Quien también quiere instalar una criosauna en su escuela de tenis es el ex número uno del mundo Carlos Moyá, según han reconocido a Libertad Digital desde la Clínica Daia, después de que el mallorquín estuviera probando esta terapia hace unos meses, con motivo de la disputa del Masters 1000 de Madrid.
Pero no sólo deportistas utilizan la criosauna, sino que actores como Tom Cruise, Demi Moore, Pamela Anderson y Daniel Craig, políticos como el exprimer ministro británico Tony Blair o el rockero Alice Cooper también le han cogido el gusto a esta técnica, buscando la belleza y en aras de acabar con el estrés. En España, las redes sociales dan fe de que la cantante Soraya Arnelas la ha probado en alguna que otra ocasión.
¿Cuánto cuesta?
Así pues, cada vez es más habitual ver en centros especializados a clientes que buscan la criosauna como tratamiento estético, ya sea para adelgazar, rejuvenecer la piel, reducir la celulitis o eliminar el estrés. Una sola sesión puede costar entre 80 y 120 euros, aunque en los centros consultados por este periódico recomiendan la adquisión de bonos de diez sesiones por valor de entre 500 y 550 euros.
Una vez recibida la primera sesión, ¿repetiríamos la experiencia? "Seguro que sí", nos dicen desde la Clínica Daia. "La primera sesión es la peor, pero curiosamente es la que más te ayuda a repetir. Entras con miedo por el frío que vas a pasar, pero al día siguiente vuelves a probar sí o sí y al final acabas repitiendo todos los días", apuntan desde este centro, ubicado en el corazón de Madrid.
¿Existe algún límite en el número de sesiones? En absoluto. Aunque aquí, como casi todo en la vida, lo que impera es el sentido común. Así, el doctor Antonio Hernández recuerda que existen clínicas privadas de reumatología donde los pacientes reciben hasta cuatro y cinco sesiones diarias.
Eso sí, el médico consultado por LD también avisa del riesgo de contraindicaciones, desaconsejando la utilización de las criosaunas a personas con problemas de claustrofobia, alérgicas al frío o que padezcan cardiopatías, hipotiroidismo o enfermedades vasculares. "Nosotros siempre tenemos que hacer un cuestionario al paciente previo al tratamiento", matiza en cualquier caso el galeno.
¿Es todo color de rosa?
Sin embargo, parece que no todo es de color de rosa en este desconocido mundo de la crioterapia. Así, el reconocido biólogo y periodista Miguel del Pino, que presenta el programa Jungla de Asfalto en esRadio, muestra a este periódico ciertas reticencias sobre los efectos secundarios que este tratamiento pueda tener a largo plazo.
"Es cierto que los atletas rinden mejor, pero puede que esto de las criosaunas tengan también una parte importante de cuento y de placebo", relata. "Hace unas décadas, cuando empezaba el tema del culturismo en España, nadie sabía cómo estarían los culturistas con 50 ó 60 años, y ahora se ha demostrado que muchos de ellos tienen problemas. Con esto de la crioterapia puede pasar más o menos lo mismo, sobre todo por los choques térmicos. Suponiendo que en la relación grasa-músculo haya un desequilibrio a favor de la masa muscular, puede producirse un desequilibrio hormonal".
Y a nivel estético, cuando el paciente busca adelgazar, Del Pino advierte que la criosauna por sí sola "no hace milagros", sino que debe completarse "con una buena alimentación y ejercicio físico, igual que hacen los deportistas".
Sea como sea, Cristiano Ronaldo –a quien nuestro biólogo de cabecera llama "superdotado"– ya ha puesto esta técnica en boca de todos. Si Raúl González utilizó en su día la cámara hiperbárica para mejorar su rendimiento –luego otros deportistas como los atletas Rafa Nadal y Novak Djokovic o los atletas Marta Domínguez y Chema Martínez siguieron sus pasos–, ahora CR7 se decanta por la criosauna como un complemento más para rendir mejor en el campo y tratar de meter el mayor número de goles posible.
Pero lo mejor para nosotros, pobres mortales, es que estos aparatos no están sólo al alcance de los dioses, aunque tengamos que rascarnos el bolsillo. Por probar que no quede...