Efraín Antonio Araneda Estay. Un nombre que no dice absolutamente nada al aficionado español. Se trata de un centrocampista chileno, de 35 años y nacionalizado francés, que esta noche se reencontrará con Fernando Torres seis años después.
En verano de 2007, Araneda, conocido como Chico, hizo de guía turístico del Niño y de su mujer, Olalla, en Tahití, la isla más grande de la Polinesia Francesa. Hasta allí viajó la pareja para pasar la luna de miel. Entonces el delantero vestía la camiseta del Atlético de Madrid y estaba a punto de fichar por el Liverpool de Rafa Benítez.
La pena para Chico es que no podrá jugar contra España en el mítico Maracaná, en la segunda jornada del grupo B de la Copa Confederaciones, por culpa de una lesión de ligamento. Eso sí, al menos podrá saludar a Torres e intercambiar unas palabras con él.
Hasta Tahití emigró Efraín desde Chile para trabajar en una empresa local dedicada al turismo. Su labor consistía en recibir en el aeropuerto a los visitantes y, entre sus muchos clientes, estaban Torres y su esposa. Araneda ya jugaba por entonces en la selección tahitiana, tras haber adquirido previamente la nacionalidad francesa, pero lo que jamás imaginó es medirse a España ni, mucho menos, volver a coincidir con el hoy delantero del Chelsea.
Una bonita historia que hubiera sido perfecta si ambos hubieran podido coincidir sobre un terreno de juego. "Me gustaría que Fernando me regalase su camiseta al final del partido. Sería una gran ilusión que se acordara de mí", explicaba Araneda.