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El juez cita a varios testigos ante la confusión en la acusación contra Rubén Castro

El futbolista del Betis niega que violara a su exnovia, que le denunció por agresión sexual, y asegura que no mantuvo relaciones sexuales con ella.

El juez que investiga la denuncia por violación y lesiones contra el jugador del Betis Rubén Castro ha citado como testigos a los empleados del hotel donde pasó la noche del pasado domingo y a personas que coincidieron con el jugador y su exnovia esa noche en una discoteca, ante la declaración del delantero canario negando ambas agresiones.

Fuentes del caso han informado a EFE que el futbolista negó al juez, en su declaración del martes, no sólo haber violado a la denunciante, una exnovia suya, sino haber mantenido relaciones sexuales con ella, ya que nada más llegar al hotel el pasado domingo se quedó dormido, según su relato.

El juez de Violencia de Género 3 de Sevilla va a incorporar a la causa las grabaciones de las cuatro cámaras de seguridad del hotel, donde presuntamente se ve a la denunciante saludando con normalidad a los recepcionistas. Además, en dichas grabaciones se ve cómo, a la mañana siguiente, la mujer salió del hotel y volvió a las diez horas con una niña de unos cinco años, al parecer su hija, y estuvo con ella en la habitación que había ocupado con el futbolista hasta las 14:30 horas.

Fuentes judiciales han indicado a EFE que el futbolista ha sido imputado por el juez de Violencia de Género 3 de Sevilla por un presunto delito de lesiones y otro de agresión sexual según el artículo 179 del Código Penal, que sanciona con prisión de entre 6 y 12 años el acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal contra la voluntad de la víctima. Han precisado las fuentes que "hay confusión y contradicciones sobre lo ocurrido", por lo que el juez va a tomar declaración a testigos y empleados del hotel para intentar aclarar el asunto.

El forense que examinó a la denunciante, una exnovia del futbolista, informó de lesiones en cara y cuello, pero no se ha pronunciado sobre lesiones de índole sexual, han indicado las fuentes. Esta ausencia de indicios de agresión sexual y las contradicciones entre denunciante y denunciado llevaron a la Fiscalía de Violencia de Género a no pedir para el futbolista prisión preventiva, que es la medida habitual en este tipo de delitos.

La denunciante, de 24 años, asegura que la primera agresión ocurrió en la noche del pasado domingo, cuando Rubén Castro estaba con otros futbolistas en una discoteca de la avenida de la Palmera de Sevilla, tras el partido contra el Zaragoza en el estadio Benito Villamarín (4-0). La joven accedió a la zona donde estaban los futbolistas y entabló una discusión con Rubén Castro que continuó en las puertas del local, donde supuestamente fue golpeada en la cara y el cuello.

Rubén Castro, en su declaración, dijo que no agredió a la joven pero sí fue golpeado por ella y precisó que no la forzó a acompañarle, sino que cuando salía de la discoteca la denunciante le estaba esperando al volante de su coche. La mujer dejó al futbolista en la puerta del hotel, se dirigió a aparcar su coche y subió a la habitación que Rubén Castro había reservado, según se aprecia en las grabaciones. Las citadas fuentes han asegurado que hace un mes Rubén Castro llamó a la Policía para pedir ayuda porque no conseguía que la ahora denunciante se fuera de su casa.

Tras permanecer tres horas en el juzgado de Violencia de Género, Rubén Castro quedó libre el martes con cargos, una medida de alejamiento de 300 metros de la denunciante y la prohibición de comunicar con ella por cualquier medio.

Según la declaración de la mujer, ésta accedió a acompañar a Rubén Castro al hotel porque lo interpretó como un arrepentimiento tras golpearla y porque no quería que su padre la viera en ese estado. También declaró que él la arrastró por el pelo para que entrara en la habitación y que huyó cuando el futbolista se quedó dormido.

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