No está el horno para bollos en el Real Madrid. Pepe defiende a Iker mientras dispara contra Mourinho, éste le responde y luego castiga a su compatriota dejándole fuera de la convocatoria ante el Málaga... Desde luego que no es el ambiente idóneo para preparar una cita tan importante como la final de la Copa del Rey, dentro de una semana contra el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu.
Antes, el próximo sábado, los blancos tienen un partido frente al Espanyol en Cornellá. Un duelo que el equipo madridista espera ganar para retrasar, al menos por unas horas, el alirón del Barcelona, que al día siguiente se medirá al Atlético en el Vicente Calderón.
En contra de lo que viene siendo habitual, nadie del club blanco hablará este viernes en la sala de prensa de Valdebebas antes del duelo frente a los periquitos. Ninguno de los técnicos, José Mourinho y Aitor Karanka, ni tampoco ningún jugador. En el club entienden que se trata de una medida excepcional y que no será la tónica general hasta final de temporada.
Lo cierto es que, además de la ley del silencio que se ha impuesto en la entidad, el entrenamiento del viernes por la mañana en Valdebebas, a partir de las 11:00 horas, será a puerta cerrada. Hermetismo total, pues, con el objetivo de intentar apagar los últimos incendios originados en el Real Madrid, especialmente a raíz de la dolorosa eliminación de la Champions ante el Borussia Dortmund.