Los clásicos entre Real Madrid y Barcelona nunca defraudan. Y esta vez no iba a ser menos. Un Santiago Bernabéu a reventar ha registrado un bonito duelo con mucha tensión, buen juego y goles. Uno para cada bando, para ser precisos: Cesc Fàbregas adelantó a los visitantes al inicio de la segunda parte, mientras que Varane, soberbio, establecía la igualada en la recta final (1-1). Así, queda nulo el primer asalto de semifinales de la Copa del Rey y la eliminatoria se decidirá dentro de un mes en el Camp Nou.
En Madrid, en el primer clásico del año 2013 –el cuarto de la temporada tras los dos duelos en la Supercopa de España y el partido de Liga el pasado mes de octubre–, se enfrentaron dos equipos con estilos diferentes pero muy válidos. El Barça salió con el once de gala, con la única novedad –conocida de antemano– de Pinto en detrimento de Valdés. En el conjunto blanco, que afrontaba la cita mermado por las numerosas bajas (Casillas, Sergio Ramos, Pepe, Coentrao y Di María), José Mourinho se decidió por Diego López en lugar de Adán. Y también por Callejón, cuando todos esperaban la entrada de Modric en el once. Se esfumaba así la posibilidad del trivote que se había barruntado en las horas previas.
Arropado por su afición, salió muy enchufado el Madrid. Y especialmente Cristiano Ronaldo, quien a los dos miutos protagonizó el primer aviso con un lanzamiento de falta ante el que se lució Pinto. Contra todo pronóstico, era el equipo de Mourinho el que empezaba teniendo la pelota. Al Barça le costó algo enterarse de la película –cerca de un cuarto de hora–, pero en cuanto se hizo con la posesión del balón, la cosa iba a cambiar. Pronto empezaba a hacer Iniesta de las suyas, como con un gran pase por alto que Jordi Alba no supo aprovechar al mandar muy desviado su remate de volea en el área. El Madrid trató de responder, pero Özil y Benzema estaban muy solos arriba, bien defendidos por la defensa culé.
El Barça tuvo dos ocasiones inmejorables a continuación, mediado el primer acto. Ambas con la firma de Xavi. Primero con un lanzamiento de falta que se estrelló en el larguero y luego, más clara aún, con un remate dentro del área del propio jugador de Tarrasa, tras un regalo atrás de Carvalho a Cesc, que Varane salvó en la raya de gol. Había dudas acerca de la actuación del joven central francés –el próximo mes de abril cumplirá 20 años– en un partido de gran envergadura como éste, pero lo cierto es que no sólo cumplió, sino que además rayó a un nivel extraordinario. De hecho, fue el mejor de la noche y al final acabaría encontrando el premio de gol. Essien tampoco estuvo nada mal. El ghanés estuvo muy participativo en ataque y también se desempeñó francamente bien en defensa, donde estuvo expeditivo al corte y en más de una ocasión se encargó de secar a Leo Messi, que no es cualquier tontería.
Respondió el Madrid con un par de avisos, entre ellos la buena oportunidad que tuvo Benzema con un remate que se estrelló contra el lateral de la red. También lo intentó Callejón, pero desde luego no fue su noche. El granadino peleó, aunque anduvo lento y perdido ante la sólida defensa visitante. Un tímido disparo suyo que se estrelló en Piqué fue de lo poco que aportó en el ataque local cuando se esperaba más de él.
Cesc rompe la baraja
Al descanso se llegaba con un empate sin goles que apenas hacía justicia al marcador ante las ocasiones que tuvieron uno y otro contendiente. Pero el partido se rompió al inicio de la segunda mitad con el tanto de Cesc. Un mal despeje de Callejón lo aprovechó a la perfección Messi, hasta entonces inédito, para habilitar de primeras al 4 azulgrana, que se presentó solo en el área ante Diego López y no perdonó. El argentino apenas apareció, pero lo poco que hizo fue para dejar su indudable calidad.
El Madrid quedó aturdido con el 0-1, sin respuesta alguna. El Barça, movido al ritmo que quiso imponer el mago Iniesta, campaba a sus anchas sobre el césped y mantenía la pelota, haciendo correr a los jugadores rivales como pollos sin cabeza. El propio Cesc pudo haber sentenciado minutos después, pero su remate dentro del área, tras la dejada de Dani Alves, se marchó por encima del larguero. El Bernabéu se empezaba a temer lo peor, recordando fantasmas del pasado.
Reaccionó Mourinho metiendo en el campo a Modric e Higuaín por Callejón y Benzema, respectivamente. Y, aunque los culés seguían controlando la situación, el Madrid tuvo el empate por medio de Cristiano, cuyo remate de cabeza en el segundo palo se marchó incomprensiblemente fuera. En esas empezaba a aparecer Özil, sin duda el futbolista con mayor talento de la plantilla blanca. El alemán servía un balón tras otro a sus compañeros, como el gran pase que le metió a Cristiano, aunque Piqué estuvo providencial a la hora de cortar lo que a buen seguro hubiera significado la igualada.
Nuevamente respondió el Barça, con Cesc y Pedro como protagonistas. Especialmente clara fue la ocasión que tuvo el canario, hasta entonces poco participativo, en un mano a mano con Diego López. Pero acabó mandando la pelota fuera. Cuando el Bernabéu se preparaba para la derrota, y con ello casi casi la eliminación, apareció un Varane salvador, elevándose ante la defensa azulgrana tras un buen envío de Özil, para batir a Pinto de cabeza y llenar de vida al Madrid.
Ficha técnica
Real Madrid, 1: Diego López; Essien, Varane, Carvalho, Arbeloa; Khedira, Xabi Alonso; Callejón (Modric, m.57), Özil, Cristiano Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m.63)
FC Barcelona, 1: Pinto; Dani Alves, Piqué, Puyol, Jordi Alba; Busquets, Xavi, Cesc (Thiago, m.84); Pedro (Alexis, m.75), Messi e Iniesta
Goles: 0-1, m.49: Cesc; 1-1, m.81: Varane
Árbitro: Clos Gómez (Comité aragonés). Mostró tarjeta amarilla a Piqué (m.2), Alves (m.71) y Puyol (m.81), del Barcelona; y a Carvalho (m.15), Callejón (m.41) y Xabi Alonso (m.89), del Real Madrid