L D (EFE) Tanto David Ferrer como Feliciano López se entregaron al máximo en cinco sets, pero fue el de Jávea el que logró sacar adelante su compromiso en la primera ronda del Abierto de Australia contra el alemán Denis Gremelmayr.
En una jornada en la que la temperatura subió hasta los 37 grados y las bolsas de hielo se repartieron por las pistas de 'plexicaushion' del Melbourne Park en socorro de los jugadores, el espíritu de la Copa Davis salvó a Ferrer, cuartofinalista el pasado año, de una prematura derrota ante su rival germano, un maniático de las dejadas y que al final claudicó por 6-1, 6-7 (6-8), 6-1, 6-7 (4-7) y 6-4, después de casi cuatro horas y media.
Muy cerca de esa pista, Feliciano López caía en la quinta manga ante el belga Gilles Muller, por 6-3, 7-6 (7-5), 4-6, 4-6 y 16-14 después de cuatro horas y 44 minutos, tras salvar dos bolas de partido y de soportar un calor casi extremo. "Estoy muerto" fueron sus primeras palabras tras el duelo, "ya no podía más", añadió. El encuentro de Feliciano lo sufrieron en la grada, soportando el calor, Josep Perlas, su entrenador; Carlos Costa, su mánager; y Albert Costa, capitán del equipo español de Copa Davis. Y entre todos intentaron movilizar las piernas de Feliciano, agotado al final. "Es dramático, dramático", señalaba Albert, pendiente también de los otros resultados de los españoles.
Tommy Robredo, en cambio, optó por ser más expeditivo y venció al estadounidense Bobby Reynolds por 6-2, 7-5 y 6-1, al igual que Guillermo García-López al argentino Agustín Calleri por 3-6, 7-6 (7-5), 6-2 y 6-0 ó Virginia Ruano a la colombiana Mariana Duque Marino por 6-3 y 6-2.
Se unieron a 'Feli' el alicantino Iván Navarro, que cedió ante el ruso Marat Safin por 6-3, 6-3 y 6-4; Alberto Martín, que cayó por sexto año a la primera, esta vez ante el serbio Victor Troicki por 6-3, 3-6, 6-2 y 6-4, y Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyá.
Las piernas de Santoro, de 36 años, se movieron más deprisa que las de Ferrero, de 28, que encajó la primera derrota en la ronda inicial en sus ocho intervenciones en este torneo. El de Onteniente había sido cuartofinalista en dos ocasiones, en 2003 y 2004, pero la de este lunes fue su actuación más efímera en Melbourne, debido en gran parte al mal estado físico de Juan Carlos, que según expresó después ha estado enfermo durante el mes de diciembre y la semana pasada con un constipado, tratado con antibióticos, y al que le falta motivación. Ferrero encajó un 6-3, 6-2, 6-7 (5) y 6-2, ante el francés, de forma estoica. Castigado por los golpes aparentemente sin potencia de su rival, llenos de efectos y colocados, Ferrero fue presa fácil del jugador que es ahora mismo el que más torneos del Grand Slam lleva disputados, con 66.
Para Carlos Moyá, perder en este torneo del que fue finalista en 1997, es algo doloroso. Y esta es la quinta consecutiva que encaja. Ante el ruso Evgeny Korolev, 119 del mundo y de la fase previa, por 6-3, 6-1 y 7-6 (9-7) fue quizás un serio aviso de que la alarma más importante ha sonado ya. "No estoy bien físicamente y arrastro una lesión en la pierna desde hace seis o siete meses", dijo al referirse al problema que sufre en el isquiotibial . "Así no se puede rendir al máximo", añadía, "pero ahora no es el momento de abandonar y quiero darme una oportunidad", expresaba Moyá con el ánimo de recuperarse totalmente y entonces decidir. "Mis planes debo hacerlos mes a mes", puntualizó Moyá, quien hizo las maletas rápidamente. "No tengo nada más que hacer ya aquí".
Óscar Hernandez fue el último derrotado al ceder ante el serbio Janko Tipsarevic por 4-6, 6-1, 6-3, 4-6 y 6-0. En total, de once participantes españoles sólo cuatro lograron pasar el umbral del primer 'Grand Slam' de la temporada, que este martes intentarán abordar otros doce más.
En una jornada en la que la temperatura subió hasta los 37 grados y las bolsas de hielo se repartieron por las pistas de 'plexicaushion' del Melbourne Park en socorro de los jugadores, el espíritu de la Copa Davis salvó a Ferrer, cuartofinalista el pasado año, de una prematura derrota ante su rival germano, un maniático de las dejadas y que al final claudicó por 6-1, 6-7 (6-8), 6-1, 6-7 (4-7) y 6-4, después de casi cuatro horas y media.
Muy cerca de esa pista, Feliciano López caía en la quinta manga ante el belga Gilles Muller, por 6-3, 7-6 (7-5), 4-6, 4-6 y 16-14 después de cuatro horas y 44 minutos, tras salvar dos bolas de partido y de soportar un calor casi extremo. "Estoy muerto" fueron sus primeras palabras tras el duelo, "ya no podía más", añadió. El encuentro de Feliciano lo sufrieron en la grada, soportando el calor, Josep Perlas, su entrenador; Carlos Costa, su mánager; y Albert Costa, capitán del equipo español de Copa Davis. Y entre todos intentaron movilizar las piernas de Feliciano, agotado al final. "Es dramático, dramático", señalaba Albert, pendiente también de los otros resultados de los españoles.
Tommy Robredo, en cambio, optó por ser más expeditivo y venció al estadounidense Bobby Reynolds por 6-2, 7-5 y 6-1, al igual que Guillermo García-López al argentino Agustín Calleri por 3-6, 7-6 (7-5), 6-2 y 6-0 ó Virginia Ruano a la colombiana Mariana Duque Marino por 6-3 y 6-2.
Se unieron a 'Feli' el alicantino Iván Navarro, que cedió ante el ruso Marat Safin por 6-3, 6-3 y 6-4; Alberto Martín, que cayó por sexto año a la primera, esta vez ante el serbio Victor Troicki por 6-3, 3-6, 6-2 y 6-4, y Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyá.
Las piernas de Santoro, de 36 años, se movieron más deprisa que las de Ferrero, de 28, que encajó la primera derrota en la ronda inicial en sus ocho intervenciones en este torneo. El de Onteniente había sido cuartofinalista en dos ocasiones, en 2003 y 2004, pero la de este lunes fue su actuación más efímera en Melbourne, debido en gran parte al mal estado físico de Juan Carlos, que según expresó después ha estado enfermo durante el mes de diciembre y la semana pasada con un constipado, tratado con antibióticos, y al que le falta motivación. Ferrero encajó un 6-3, 6-2, 6-7 (5) y 6-2, ante el francés, de forma estoica. Castigado por los golpes aparentemente sin potencia de su rival, llenos de efectos y colocados, Ferrero fue presa fácil del jugador que es ahora mismo el que más torneos del Grand Slam lleva disputados, con 66.
Para Carlos Moyá, perder en este torneo del que fue finalista en 1997, es algo doloroso. Y esta es la quinta consecutiva que encaja. Ante el ruso Evgeny Korolev, 119 del mundo y de la fase previa, por 6-3, 6-1 y 7-6 (9-7) fue quizás un serio aviso de que la alarma más importante ha sonado ya. "No estoy bien físicamente y arrastro una lesión en la pierna desde hace seis o siete meses", dijo al referirse al problema que sufre en el isquiotibial . "Así no se puede rendir al máximo", añadía, "pero ahora no es el momento de abandonar y quiero darme una oportunidad", expresaba Moyá con el ánimo de recuperarse totalmente y entonces decidir. "Mis planes debo hacerlos mes a mes", puntualizó Moyá, quien hizo las maletas rápidamente. "No tengo nada más que hacer ya aquí".
Óscar Hernandez fue el último derrotado al ceder ante el serbio Janko Tipsarevic por 4-6, 6-1, 6-3, 4-6 y 6-0. En total, de once participantes españoles sólo cuatro lograron pasar el umbral del primer 'Grand Slam' de la temporada, que este martes intentarán abordar otros doce más.