(Libertad Digital) Federer se impuso a Nadal sin ceder una sola vez su servicio. Contó para ello con la altitud de Madrid, que favoreció su fenomenal servicio, y una serie de golpes que había mantenido guardados hasta las rondas finales, una excepcional dejada y la derecha, que entró en picado esta vez sobre el revés de Nadal. "Tengo cartas guardadas y esperan su momento", había advertido Federer, quien lloró sin consuelo en la final del Abierto de Australia y esta vez lució la mejor de sus sonrisas.
Nadal no perdía sobre tierra batida desde la segunda ronda del torneo de Roma, el 7 de mayo del pasado año, contra su compatriota Juan Carlos Ferrero. Desde entonces había encadenado 33 triunfos consecutivos sobre arcilla. Federer ha cortado ahora esa racha, como también fue capaz de quebrar, en la final de Hamburgo de 2007, el récord mundial de 81 victorias seguidas sobre tierra, al imponerse al español por primera vez sobre tierra batida. Ha sido la segunda en once partidos disputados sobre esta superficie.
"Federer ha sido superior a mí. La pista le favorecía, porque está muy rápida para él, y se ha merecido la victoria. A mí me ha faltado agresividad pero él has estado muy fino. Jugando así es muy difícil pararle", decía Nadal sobre la pista. "No me favorece haber jugado cuatro horas en las semifinales, pero no sé si incluso estando en perfectas condiciones hubiera podido pararle en esta pista tan rápida", añadía Nadal, que ha encajado su cuarta derrota de la temporada, después de perder ante el francés Gael Monfills en Doha, el británico Andy Murray en Rotterdam y el argentino Juan Martín del Potro en Miami. "Ahora, lo que me queda es dar lo máximo para intentar llegar allí en condiciones", decía Nadal sobre Roland Garros. Como Federer, el manacorense recibía el trodeo de manos del Príncipe Felipe.
El español había necesitado cuatro horas y dos minutos para deshacerse del serbio Novak Djokovic en las semifinales, después de levantar tres bolas de partido, y evidentemente notó el desgaste. Su preparador físico, Rafael Maymó, estuvo trabajando hasta las dos de la madrugada con masaje y hielo en su rodilla derecha. Y este domingo por la mañana se entrenó solo durante 40 minutos. Pero su semblante era de una extrema seriedad. Federer salió lanzado, evitando los intercambios y jugando al punto directamente, sin peloteos, al cara a cara. Y poco a poco su confianza se fue reforzando. Su saque, combinado con los 665 metros de altitud de Madrid, hicieron estragos en el juego de Nadal que apenas podía leerlo y poner la bola en juego. Pese a todo, el español dispuso de cuatro oportunidades para romperle, y fracasó en todas ellas.
El suizo jugó suelto, a placer, sabiendo de sus opciones. Acabó con seis saques directos y resolviendo el partido a la segunda oportunidad, una dulce, aunque minúscula venganza de la final del Abierto de Australia este año, de las tres últimas de Roland Garros, y sobre todo de la de Wimbledon del 2008.
Federer acorta así su déficit en los enfrentamientos contra Nadal, todavía con 13-7 para el español, 9-2 en tierra y 11-5 en finales. El suizo recibió un cheque por 585.000 euros, además de un vehículo Lexus RX450, llave que le entregó la actriz estadounidense Hillary Swank. El suizo se va de Madrid igualando los 15 títulos del Masters 1000 de Nadal y a sólo dos del récord del estadounidense Andre Agassi. París se abre más que nunca este año con la llegada del cuatro veces ganador, herido con la espina de Madrid, y las nuevas sensaciones de Federer.
Federer se venga de Nadal y logra en Madrid su primer título del año
Roger Federer ha recuperado la sonrisa y se ha apuntado el primer título de la temporada. Tras cinco derrotas consecutivas ante Rafa Nadal, el suizo le ha ganado por fin, por un doble 6-4 en una hora y 25 minutos, para adjudicarse por segunda vez el Masters 1000 de Madrid.
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