L D (Agencias) La regata por las medallas fue ganada por los británicos Leigh McMillan y Wii Howden, que no tenían nada que hacer por subir al podio, seguidos de los canadienses Oscar Johansson y Kevin Stittle. Fernando y Antón finalizaron cuartos, por delante de australianos y argentinos, lo que les daba automáticamente la medalla de oro.
Fernando y Antón no quisieron problemas. Salieron en posiciones intermedias y en la ceñida inicial ya demostraron que iban a por todas, pasando por la primera baliza en el primer lugar, mientras que sus principales rivales para la medalla, los australianos y los argentinos, en un intento casi a la desesperada de dar un vuelco a la clasificación, buscaron un bordo más a tierra que no les fue bien, ya que llegaron en las últimas posiciones.
En la primera empopada y en vista de que sus rivales estaban muy por detrás, los españoles relajaron su ritmo y navegaron con un ojo puesto en su popa, donde navegaban australianos y argentinos, por lo que ya perdieron dos puestos en el paso por la baliza. Los alemanes, con opciones de medalla pese a su cuarto puesto, quedaron descartados cuando volcaron en esta empopada, lo que les dejó totalmente fuera de combate.
En la segunda ceñida ya se vio claramente que los españoles estaban marcando a sus rivales, pues les bastaba con quedar por delante, y dejó a éstos el esfuerzo de intentar superarles. Los australianos y los argentinos se dejaron ya de pruebas y se pusieron a la estela de Fernando y Antón.
Tras el paso por la baliza de barlovento y al encarar la última empopada ya casi se comprobó que australianos y argentinos daban por bueno el resultado de la regata ante la fortaleza del dúo español. Se aseguraban la plata y el bronce, respectivamente.
Fernando y Antón no quisieron problemas. Salieron en posiciones intermedias y en la ceñida inicial ya demostraron que iban a por todas, pasando por la primera baliza en el primer lugar, mientras que sus principales rivales para la medalla, los australianos y los argentinos, en un intento casi a la desesperada de dar un vuelco a la clasificación, buscaron un bordo más a tierra que no les fue bien, ya que llegaron en las últimas posiciones.
En la primera empopada y en vista de que sus rivales estaban muy por detrás, los españoles relajaron su ritmo y navegaron con un ojo puesto en su popa, donde navegaban australianos y argentinos, por lo que ya perdieron dos puestos en el paso por la baliza. Los alemanes, con opciones de medalla pese a su cuarto puesto, quedaron descartados cuando volcaron en esta empopada, lo que les dejó totalmente fuera de combate.
En la segunda ceñida ya se vio claramente que los españoles estaban marcando a sus rivales, pues les bastaba con quedar por delante, y dejó a éstos el esfuerzo de intentar superarles. Los australianos y los argentinos se dejaron ya de pruebas y se pusieron a la estela de Fernando y Antón.
Tras el paso por la baliza de barlovento y al encarar la última empopada ya casi se comprobó que australianos y argentinos daban por bueno el resultado de la regata ante la fortaleza del dúo español. Se aseguraban la plata y el bronce, respectivamente.