El italiano de 43 años Simone Moro ha entrado en la historia al convertirse en el primer alpinista que corona un ochomil en el Karakorum, en este caso el G II, en época invernal. Además, Moro, que ha subido acompañado del kazajo Denis Urubko y del estadounidense Corey Richards, lo ha hecho con el sistema autosuficiente, es decir, sin cuerdas fijas ni ningún porteador de altura, para demostrar "en qué consiste el alpinismo auténtico".
El italiano iba contando a todos sus seguidores cada una de sus etapas a través de su blog, destacando las numerosas adversidades a las que se ha enfrentado, sobre todo la mezcla de viento y frío, que provocaba "sensaciones térmicas próximas a los 60 grados bajo cero".
"¡A las 11.38 de esta mañana hora local Simone, Denis y Cory han llegado a la cima del GII, los primeros en lograrlo en invierno, logrando así una conquista histórica para el alpinismo mundial!". Así expresaba dicho blog el hito histórico de los tres alpinistas, hito logrado no sin dificultades.
Confiando en las previsiones meteorológicas de Karl Gabl, que indicaban media jornada de buen tiempo (o lo que en esas situaciones extremas se puede considerar buen tiempo), el italiano, el kazajo y el estadounidense iniciaron la última ascensión a las tres de la mañana. Pese a un tramo final largo y fatigoso, sobre todo en los últimos 200 metros, los tres alpinistas lograron alcanzar la meta después de 8 horas y 38 minutos de dura subida.
Tampoco el descenso ha sido fácil. En la última actualización del blog, los compañeros del italiano aseguraban que, después de varios aplazamientos, ya habían logrado contactar con él. "Ha sido un breve contacto de audio, pero eso significa que han regresado todos sanos y salvos a la base, completando una bajada que no ha sido para nada sencilla".
"La tensión se siente aún en la voz de Simone, que quizá aún no está disfrutando del todo esta grande conquista, mientras nos dice que en el campo base los generadores no funcionan. ¡Mientras tanto, nosotros disfrutamos de las imágenes del hito!", aseguraban sus compañeros.
Simone Moro ya lo había intentado en dos ocasiones anteriormente, aunque en ambas tuvo que desistir debido a los violentos vientos y a las terroríficas temperaturas. No en vano, por algo es la primera vez que se logra en estas fechas, en pleno invierno; en primavera o verano, con las temperaturas más suavizadas, hubiera sido más abordable. Sin embargo, el italiano ha asegurado que, de haberlo hecho de ese modo, "no quería vender como una gesta lo que no lo es".