Desde que Guardiola ha llegado al banquillo del Barça, ha estado tres veces realmente en apuros en la Champions. En la primera, Ovrebo le echó una mano en Stamford Bridge no señalando varios penaltis; en la segunda, De Bleeckere expulsó en el minuto 28 al interista Motta; la tercera, hoy, Busacca echa injustamente a Van Persie por una niñería.
El Barcelona se ha clasificado para los cuartos de final de la Champions eliminando al Arsenal y con la inestimable ayuda del árbitro en el momento más delicado. Los gunners habían tomado ventaja en la eliminatoria tras el tanto en propia puerta de Busquets a la salida de un córner.
Los azulgrana, entonces, necesitaban un tanto para forzar la prórroga y dos para eliminar al Arsenal, que estaba encerrado en su campo. Entonces, apareció Massimo Busacca para expulsar a Robin Van Persie, al considerar que perdía tiempo desplazando el balón. Sin embargo, el holandés simplemente había controlado el balón y disparado a puerta, justo después de que el asistente decretara fuera de juego. Van Persie protestó justificando su acción con que no había oído el silbato por el ruido del Camp Nou. Con uno menos, la resistencia del Arsenal fue menor y acabó cayendo eliminado, de nuevo, en manos del Barcelona.
Otra expulsión en un momento delicado
Por segundo año consecutivo, el Barcelona tiene que remontar una eliminatoria en el Camp Nou y, casualidad, se vuelve a enfrentar a un equipo con diez jugadores. La temporada pasada el Inter traía una renta de Milán de dos tantos (3-1) que tenía que defender con uñas y dientes en el Camp Nou.
La previa del partido estuvo marcada por la polémica y las iras que suscitó el arbitraje del portugués Olegario Bequerença en Barcelona, que se quejaban de fuera de juego en el tercer gol del partido de ida, obra de Diego Milito. Y en el minuto 28, esas presiones surgieron su efecto. El belga Franck De Bleeckere expulsaba por doble amarilla a Thiago Motta por una falta sobre Messi y un manotazo a Busquets. El Barça tenía, a partir de ahí, 70 minutos para lograr dos tantos que le dieran el pase a la final de Madrid. Sólo llegó uno, y los aspersores hicieron su trabajo.
Ovrebo, en el camino a la final
Hace dos temporadas, Pep Guardiola disfrutaba de su primera temporada en el Barcelona y llevó al equipo brillantemente a la consecución de su tercera Champions en Roma. Pero el camino fue arduo y polémico.
En las semifinales, el Chelsea de Guus Hiddink logró un meritorio empate a cero en el Camp Nou e, incluso, Drogba desaprovechó varias ocasiones claras. El partido de vuelta estaba abierto y los azulgrana jugaron un partido temeroso, a expensas de su rival. El Chelsea falló innumerables ocasiones, sobre todo, en la persona de Drogba, e Iniesta no perdonó desde la frontal dando el pase al Barça Pero, aparte de los errores propios, Tom Henning Ovrebo se iba a ganar un hueco en la historia del fútbol, y en la cabeza de Ballack y Drogba
Al árbitro le reclamaron hasta cuatro penaltis en el choque, el último de ellos, cuando el colegiado se disponía a pitar el final del encuentro. El Barça también se quejaría de la expulsión de Eric Abidal.
Al final del partido, Ballack y Drogba se ‘comieron’ a Ovrebo y la UEFA tuvo que expedientarles duramente. El noruego no aguantaría la presión ejercida por el Chelsea y, meses después, anunciaría su retirada del arbitraje.