(Libertad Digital) El Alzheimer no le dio un trato de favor por haber sido uno de los mejores jugadores de fútbol y Ferenc Puskas (Budapest, 2 de abril de 1927) ya no recordaba las gestas futbolísticas de las que fue protagonista. Como muchos de los mejores peloteros de la historia, comenzó a dar sus patadas a un balón en la máxima categoría del fútbol húngaro a los 16 años. El Honved, equipo en el que desarrolló su etapa futbolística en su país, se convirtió en el equipo del Ejército húngaro y los cinco títulos ligueros logrados y los cuatro galardones como máximo goleador le hicieron alcanzar el título de teniente coronel. Consolidado en la Liga húngara, llevó a su selección al oro olímpico en 1952 y en 1953 fue la gran estrella del reconocido como Partido del Siglo.
Aquel 25 de noviembre, el estadio de Wembley se rindió ante una selección húngara que derrotó a la británica por 3-6. Puskas anotó dos tantos, uno de ellos, de antología. Un año después, fue subcampeón del Mundo con Hungría al caer derrotados en la final de Berna ante Alemania (3-2). Su registro con la selección es demoledor: 83 goles en 84 partidos. Antes de llegar a España había conseguido 358 goles en 349 partidos.
Los avatares de la reciente Historia moderna hicieron que Puskas tuviera que exiliarse en nuestro país tras la entrada de las tropas soviéticas en Hungría. Se encontraba con su equipo, el Honved, en Bilbao, donde había disputado un partido contra el Athletic de Copa de Europa. El régimen comunista húngaro le juzgó durante su exilio por “traidor a la patria” y le desposeyó de su grado de teniente coronel. No pudo volver a su país hasta 1981, cuando le fueron restituidos los galones para, en 1995, ser ascendido al grado de coronel.
Marcó una época en el Madrid
Un trotamundos de los banquillos
Tras colgar las botas, fijó su residencia en Madrid, donde trabajó en la importación de la salchicha vienesa, en la cafetería Pancho, asesor del club blanco y entrenó a equipos de todo el globo: los norteamericanos San Francisco Gales y Vancouver Royals, el Murcia español, la selección de Arabia Saudí, el Colo Colo chileno, el AEK griego, los paraguayos Sol de América y Cerro Porteño, el South Melbourne australiano... Aunque su principal gesta fue llevar a la final de la Copa de Europa en 1971 al Panathinaikos. Enfrente estaba el Ajax de Cruyff y su equipo cayó por 2-0. Su último cargo en los banquillos estuvo ligado a la selección de Hungría. Tras fijar definitivamente su residencia allí en 1992, fue encargado de las relaciones internacionales y supervisor del equipo juvenil hasta 1997.