A apenas una semana de que comience el Eurobasket 2017, una idea, casi una obsesión, parece rondar por la cabeza de Sergio Scariolo. En un torneo que estará marcado por las bajas de algunas de las grandes estrellas continentales (Teodosic, Antetokoumnpo o Gallinari no estarán, por citar sólo algunos), España no se ha librado de los contratiempos, en un hecho que ha marcado de forma evidente la preparación. Quizá las ausencias de Rudy Fernández, Víctor Claver, y Felipe Reyes, por previsibles, trastocaron menos los planes del de Brescia, pero la renuncia de Mirotic, primero, y muy especialmente la grave lesión de Sergio Llull, sí han obligado a modificar la idea inicial del italiano que, actualmente, se muestra, incluso públicamente, preocupado por la falta de un número importante de jugadores con verdaderos galones en la cancha.
Durante el paso por Málaga de España, donde se enfrentó a Venezuela el pasado domingo, Scariolo fue franco respecto a la situación de los suyos: "tenemos unos cuantos jugadores de referencia… Pocos, ya muy pocos, y otros que cada uno puede aportar una cosa, igual ninguno preparado para ser referencia, pero que pueden complementar". El mensaje parece evidente: quizá España en los últimos años nunca se ha encontrado en una situación de tener tan pocos líderes totales sobre la cancha. Sin Llull, ese papel de primeros espadas parece circunscrito a los hermanos Gasol y los dos bases, Sergio Rodríguez y Ricky Rubio. El rol de Navarro resulta cada vez más circunstancial y, salvo sorpresa importante con el guion establecido para Fernando San Emeterio, el resto de convocados entran en ese grupo de jugadores en proceso de formación hacia el liderazgo. Es evidente que el seleccionador guardaba un papel muy protagonista para Llull, como admitió apenas dos días antes de la desgraciada lesión del menorquín, al ser cuestionado sobre su posición. "Desde luego de escolta, pero con una función de tener la pelota en la mano más que lo que normalmente la tienen los escoltas. (…) Tenemos otros jugadores que tienen que tener la pelota en la mano, pero también tenemos ganas de aprovechar su capacidad de generar peligro con la pelota en la mano", esgrimió rotundo entonces el italiano. Apenas 72 horas más tarde, su indiscutible `2´ titular, dejaba la concentración de la selección, con el ligamento cruzado desgraciadamente roto.
Así, en el momento actual de España, a apenas dos amistosos de llegar al Eurobasket, el laureado técnico italiano va dejando por el camino avisos a navegantes. Uno de ellos, a los aficionados, a los que no debería sorprender ver nuevamente un campeonato de menos a más. "No es un nuestro plan llegar al 100% el 1 de septiembre, pero sí estar a buen nivel para poder competir y crecer con la competición", declaraba Scariolo en el Martín Carpena tras vencer a Venezuela. En la misma comparecencia, y pese al libreto del piano piano en la puesta a punto, pareció respirar aliviado al ver el mejor partido de los hermanos Gasol en toda la preparación: 21 puntos Pau, 16 Marc. Antes, habían sido 11 y 9 ante Túnez, 12 y 6 frente a Bélgica, 2 y 16 contra Venezuela en Madrid, y 9 y 7 con Senegal como oponente. "Desde luego es un hecho importante (…). Es un tema complejo, los dos no pueden estar dentro a la vez, hay que buscar los espacios para uno y para otro, y cuál es el mejor momento para cada uno. Hoy hemos progresado en esto", analizó Scariolo, buscando la máxima compatibilidad de los Gasol en la pintura ante la pérdida de elementos de primerísima fila en el perímetro. No se escondió al reconocer que "hemos tenido que cambiar mucho de lo que teníamos pensado hacer al inicio, poco a poco vamos progresando".
Empero, en esa búsqueda del mayor número de armas posibles, la mayor parte de los mensajes relevantes del transalpino se han dirigido precisamente a los jugadores llamados a ocupar esos nuevos roles. Ante la evidencia, cada vez más patente, de que Juancho Hernangómez encaja como anillo al dedo en la actual estructura de equipo de España, y el papel novel de Joan Sastre como internacional absoluto, la mayoría de las miradas apuntan al necesario paso delante en el perímetro de un Álex Abrines del que, con 24 años cumplidos y varias convocatorias previas a cuestas, se debería esperar una mejora este verano. Cuestionado por Libertad Digital sobre su nombre, Scariolo señaló que "está en sus manos dar ese paso, tenemos unos cuantos que pueden darlo o no darlo. Ahora mismo somos más receptores de sensaciones que tomadores de decisiones. Luego ya tomaremos decisiones, y creo que en el Eurobasket habrá oportunidades para todos. Cada uno debe de saber aprovechar la suya. El tren pasa, y si uno se sube, tendrá la oportunidad, y si no se sube, igual la tiene o igual no".
Y es que, en un torneo de apenas dos semanas, efectivamente habrá poco tiempo para probaturas, mucho menos según se avance en el mismo, previsiblemente se deje atrás Rumanía, y se jueguen los cruces en Turquía. Scariolo, que hasta ahora nunca había tenido ese problema en su etapa de seleccionador nacional, sabe que necesita más referencias sobre la cancha de las que aparentemente tiene ahora mismo. El mensaje está lanzado, para Abrines y para el resto. Cuantos más se suban al tren, más dificultarán el trabajo al de Brescia. Pero a buen seguro que éste firmaría ahora mismo tener que lidiar con ese problema más que con la que se ha convertido en la obsesión actual de Sergio Scariolo.