Demoledor triunfo del Real Madrid sobre el Fútbol Club Barcelona en la sexta jornada de la Euroliga, que deja una semana más a los blancos como líderes de su grupo, y supone la tercera derrota azulgrana, situando a los azulgrana ya a dos partidos de diferencia de los madrileños y el Maccabi, que ocupan actualmente los dos primeros puestos que permiten tener el factor cancha a favor en el cruce de cuartos de final. La superioridad local, desde el inicio del partido, vino radicada en el gran partido de varios de sus hombres llamados a marcar diferencias esta temporada, ante un rival en el que sólo Mario Hezonja, en su gran bautismo de fuego europeo, rindió al nivel exigido por Xavi Pascual.
El partido comenzó siendo lo que Rudy Fernández quería. El alero mallorquín, que no llegaba en su mejor momento de forma al duelo, arrancó como en sus grandes tardes, aportando en todas las facetas del juego, y además acertado desde el perímetro. De hecho, en apenas cinco minutos, Xavi Pascual ya había cambiado dos veces a su defensor.
En días así, Rudy recuerda a los que piensan que es el alero más completo de Europa que tienen motivo más que sobrados para pensarlo. El enorme nivel del internacional español, bien secundado en ritmo y acierto por sus compañeros, y aprovechando la ingente cantidad de pérdidas de los azulgranas, determinó una renta ya importante al final del primer cuarto para los locales (26-16), que alcanzaban esos guarismos en los que tan incómodo ante ellos se mueve Pascual.
Los catalanes apenas sobrevivían por su superioridad en el rebote ofensivo, que les dotaba buenos réditos principalmente de la mano de Ante Tomic, motivado como siempre antes sus ex y más fino de lo habitual en el tiro libre. Sin embargo, el mal día de Marcelinho Huertas, socio habitual del croata ante el Madrid, sorprendido por la defensa impuesta por Laso (con Carroll, Maciulis, y hasta Slaughter por momentos sobre él), lastró a los culés durante todo el encuentro.
Para entonces, ya había hecho su entrada en cancha Sergio Rodríguez. Pese a que el segundo cuarto fue el más espeso de los capitalinos en ataque, el base canario demostró que, al igual que en el caso de Rudy, su recuperación progresiva parece un hecho, y por momentos, especialmente en la segunda parte, volvió a ser el MVP de la Euroliga del año pasado. Fresco de piernas, atinado en el tiro… y divirtiéndose. Porque cuando el chicharrero sonríe con su juego, la grada del Palacio de los Deportes recuerda lo que hace un año era casi una fiesta continua, hasta que llegaron mayo, Milán, y el Maccabi.
El Chacho fue el de las mejores citas, aportando puntos cuando su equipos se atascaba, y regalando presentes cuando los suyos volaban. Pese a los esfuerzos de Hezonja, ¡Qué talento el suyo!, por liderar a un pobre Barça, la renta blanca seguía en nueve en el intermedio (42-33). Con el paupérrimo 1 de 12 (8%) de los visitantes desde el triple parecía escasa ventaja para los blancos vencer por tan sólo nueve tantos.
A la vuelta de vestuarios, nuevamente Rudy evitó cualquier tipo de concesión a un rival que empezó a atinar de forma esporádica desde el perímetro, con tiros de Hezonja, Huertas y un Jackson ante cuya defensa el alero de la selección española lucía su enorme repertorio en ataque. También dio la talla al nivel exigido Gustavo Ayón, llamado a ser la gran referencia interior esta temporada y que, tras irrumpir a gran nivel en la Supercopa, ha pasado momentos muy bajos de juego y sensaciones en pasados meses. Sin embargo, su nivel, especialmente defensivo, ha aumentado en los últimos compromisos de los de Laso, y ante el Barça se mostró eficaz en defensa, y acertado en ataque cuando recibía en posiciones cercanas al aro, donde el mexicano debería ser letal.
Sólo las pérdidas de balón, hasta cuatro, contaron en su debe. Además, se le vio fresco físicamente, y un enorme tapón suyo sobre Doellman llegando a la carrera por detrás puso patas arriba al Palacio de los Deportes. Con Rudy y el azteca liderando el juego blanco, y Llull y Felipe Reyes en plan martillo pilón atormentando el aro rival, la diferencia blanca seguía su paulatino ascenso tras treinta minutos (66-53). Si el ex jugador de Fuenlabrada y varios equipos en la NBA rinde a este nivel, que empieza a parecerse al esperado a comienzos del curso, las opciones madrileñas a triunfar aumentarán exponencialmente. Sergio Llull y Felipe Reyes son garantías y valores seguros, pero la auténtica Santísima Trinidad blanca, la que debe dominar cuando llegue la hora de la verdad, la forman Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, y Gustavo Ayón.
En el último cuarto hubo poca historia, más allá de la exhibición anotadora de Hezonja desde el perímetro ante el vendaval blanco, en el que el Chacho hacía carburar a una maquinaría engrasadísima en la que hasta Slaughter, el soldado sacrificado en la defensa, se divertía en ataque volando sobre el aro catalán. La renta llegó a rozar los treinta puntos, en un partido que supone un aluvión de moral considerable para el proyecto de Pablo Laso, al que cada derrota parece poner en la picota esta temporada. Enfrente, el Barça sigue con su cocción lenta de cada temporada, pero tres derrotas en seis partidos son demasiadas para empezar a quedarse sin margen de error en este Top 16 crucial de cara a la eliminatoria previa a la Final Four.
Ficha técnica
Real Madrid, 97 (26+16+24+31): Llull (11), Rudy Fernández (22), Carroll (2), Reyes (14), y Ayón (10) –cinco inicial- Nocioni (7), Rivers (0), Slaughter (2), Maciulis (6), Bourousis (0) y Rodríguez (23)
FC Barcelona, 73 (16+17+20+20): Huertas (8), Jackson (8), Thomas (1), Doellman (11), y Tomic (12) - cinco inicial – Satoransky (6), Hezonja (22), Abrines (0), Nachbar (0), y Lampe (5).
Árbitros: Christodolou (Grecia), Belosevic (Serbia) y Sahin (Italia). Sin eliminados
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada delTop 16 de la Euroliga disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid