L D (EFE) Armstrong, que regresa al ciclismo tras tres años de inactividad, hacía estas declaraciones en una entrevista que publica 'La Gazzetta dello Sport', en la que asegura que quiere llegar a la meta final de Roma "con la maglia rosa". "Después de tres años de inactividad me puedo permitir un nuevo desafío y además se trata de una edición especial del Giro (el centenario). El objetivo que está en el fondo es otro: sensibilizar a la población y al Gobierno de Berlusconi de la lucha contra el cáncer y las inversiones para la salud", ha dicho en la entrevista.
Sobre el Giro de 2009, el estadounidense dice que es muy diferente al de otros años, "ya que se afrontan los Dolomitas desde la primera semana (de carrera"). Para él, se trata de un escenario nuevo, ya que en el Tour las primeras etapas son llanas y no cuentan para la clasificación final, "pero en el Giro, en las primeras etapas, ya hay mucho que perder y poco que ganar".
Tras expresar su "preocupación" por el tiempo que puede hacer a primeros de mayo, cuando comienza el Giro, Armstrong también ha dicho que otra diferencia con el Tour "es que se parte con una contrarreloj, lo que nunca me había ocurrido".
El estadounidense considera las subidas de Izoard, Maddalena y el Sestriere como "subidas de Tour" y manifestaba que el Giro es una de esas carreras "que separa a los fuertes de los débiles".
La etapa que considera más "peligrosa" es la de Blockhaus-Sulmona, la decimoctava de la próxima edición, porque es "muy corta" (79 kilómetros), señala que la subida al Vesubio (Nápoles, sur), a tres días de la conclusión del Giro será un "test" para todos y asegura que probará todas las etapas "claves" de montaña y de contrarreloj. "Si fuera el Mont Ventoux y Alpe d'Huez lo evitaría porque los conozco. Pero en este caso no, y a finales de abril o primeros de mayo las recorreré", asegura.
Armstrong considera al italiano Ivan Basso como el "favorito" del Giro.