L D (EFE) Armstrong se vio inmiscuido en una caída múltiple -con una veintena de corredores-, a falta de unos veinte kilómetros para el final de la etapa, que le obligó a retirarse merced a un fuerte golpe en la clavícula, aunque serán las pruebas radiológicas las que determinen el alcance de la lesión.
En la jornada inaugural de la carrera hubo ganas de pelea desde el primer kilómetro, dado que el leve viento de costado ayudaba a que las primeras diferencias se abriesen. En este sentido, fueron cuatro los corredores que se dieron a la fuga una vez abandonaron la localidad palentina de Paredes de Nava.
Raúl Santamarta (Burgos Monumental), Francisco Mancebo (Rock Racing), José Antonio López (Andalucía Cajasur) y Mikel Ilundai (Orbea) saltaron como flechas para establecer una ostensible diferencia de once minutos y medio en el kilómetro 25 de carrera, en las proximidades de Monzón de Campos. Pero el pelotón no se amilanó ante el empuje de los escapados y, después del Alto de los Toboganes, situado a 890 metros de altitud, la brecha abierta se redujo hasta los seis minutos y veinte segundos. En lo alto del puerto, sumaron los puntos para la montaña José Antonio López, Raúl Santamarta y Francisco Mancebo, en ese orden.
En el primer paso por Baltanás, la localidad en la que estaba establecida la meta, eran unos cinco minutos los que separaban a los cuatro corredores adelantados de un grupo perseguidor que, en su afán por anular la escapada, imprimía un ritmo mayor. Todos los equipos estaban interesados en que la escapada muriese antes de la meta o que, al menos, la fuga comandada por un clásico como Francisco Mancebo, quien ya se adjudicó la carrera autonómica en dos ocasiones, no estableciese un hueco en la general difícilmente salvable en etapas sucesivas.
Inmediatamente después, se subió el segundo puerto de la jornada, el Alto del Murallón, de tercera categoría (900 metros sobre el nivel del mar). En esta ocasión, el reparto de puntos para la montaña fue para Mancebo (3), López Gil (2) y Santamarta (1), mientras que la diferencia con el pelotón era de cuatro minutos en el kilómetro 121.
El Caisse D'Epargne y el Astana tiraban por detrás. El conjunto kazako trabajaba para su esprinter, el lituano Tomas Vaitkus, aunque también estaba bien colocado Lance Armstrong, escoltado por el español José Luis Rubiera. Entonces, la distancia disminuyó hasta los tres minutos, cuando apenas restaban unos 35 kilómetros para la conclusión de una etapa en la que el viento apenas estorbó, puesto que no soplaba con virulencia, sino todo lo contrario.
Cuando restaban unos veinte kilómetros, el equipo Caisse D'Epargne, con José Joaquín Rojas y Alejandro Valverde, aceleró el paso, pero el Astana no estaba dispuesto a echar por la borda el trabajo realizado, por lo que secundó la iniciativa y también aumentó la cadencia de la pedalada en su ímpetu por cazar a una fuga fragmentada. Mancebo y López Gil fueron los que se mantuvieron al frente, pero a falta de seis kilómetros los dos corredores más combativos del día fueron absorbidos por el pelotón. El esprint se empezaba a forjar y en la última curva antes de la meta el asturiano Joaquín Sobrino fue el que mejor se colocó y el que más fe tuvo en lograr la victoria.Le siguieron David Vitoria, del Rock Racing, y José Joaquín Rojas, del Caisse D'Epargne.
Para este martes, la clasificación general empezará a definirse con la contrarreloj que se disputará en Palencia capital.