Mireia Belmonte ha logrado una histórica medalla de plata en la prueba de 800 libres, la segunda en su carrera, tras lograr un espectacular crono de 8:18:76, nuevo récord de España por cuatro segundos.
No fue nada fácil la conquista de la presea. Desde el comienzo, la sirena de Badalona tuvo claro que iba a seguir su ritmo, un buen ritmo. Poco importaba que Katie Ledecky volara sobre la piscina, muy por encima del récord mundial durante los primeros 600 metros.
A la estadounidense osaron seguirle la británica Rebecca Adlington y la neozelandesa Lauren Boyle. Fue un grave error. Mireia lo sabía, y por eso seguía a lo suyo, bajando viraje a viraje el récord de España.
Como era de esperar, tanto Adlington como sobre todo Boyle se fueron hundiendo a medida que iban pasando los metros. El ritmo que pretendían seguir, el marcado por Ledecky, era inalcanzable. Y cuando se quisieron dar cuenta, Belmonte, sin hacer ruido pero con un avance constante, ya les había adelantado.
En la última piscina, los últimos cincuenta metros, la nadadora española tuvo que dar lo mejor de sí para no perder esa segunda plaza. Acabó desfondada, hundida, sin poder hablar. Pero valió la pena. Era su segunda medalla. La tercera para la delegación española.