El danés Lars Ytting Bak (Lotto-Belisol) ha sido el más inteligente al atacar en los últimos mil metros en el grupo de escapados que animaron la jornada e imponerse de ese modo en la duodécima etapa del Giro, entre Seravezza y Sestri Levante, de
Bak, de 32 años, atacó en el último kilómetro dentro del grupo de los 9 escapados que abrieron carrera desde el kilómetro 65, y de su valentía nació la victoria más importante desde su debut profesional en 2002. Se presentó en la meta de la provincia de Génova con tiempo de celebrar su momento inolvidable, con un crono de tres horas, 58 minutos y 44 segundos.
A continuación entraron el francés Sandy Casar (Francaise), que llegó a ser virtual líder del Giro, y el costarricense del Movistar Andrey Amador, a 11 segundos del ganador, acompañados por un grupo donde se encontraban el español Amets Txurruka (Euskaltel) y el venezolano Jackson Rodríguez (Androni). El pelotón, que nada hizo por echar abajo la aventura, a pesar de que peligró el liderato de Purito, cruzó la meta con el español Juan Antonio Flecha (Sky) al frente, a 3.34 minutos.
No cambia de dueño la maglia rosa, pues, a pesar de que Casar estuvo muchos kilómetros haciéndose ilusiones, pues se encontraba a 4 minutos de Purito y la ventaja llegó a ser de 7. Pero el ciclista catalán volvió al podio a enfundarse la camiseta de jefe de la carrera, un honor y una responsabilidad extra cuando aún queda la parte más trascendente de la carrera. El Katusha no desgastó al equipo para evitar que volara la prenda rosa y las diferencias entre los favoritos se mantuvieron como estaban. El canadiense Ryder Hesjedal sigue a 17 segundos del líder, y Casar se sube al tercer escalón del podio a 26.
El trayecto era corto, pero exigente, un sube y baja constante y cuatro puertos, el último de ellos a
En el puerto de segunda, el Valido
Aguantaron a tirones hasta que Bak quemó la traca a un kilómetro de meta. Abrió hueco y nadie le siguió. El tres veces campeón de Dinamarca contrarreloj no desperdició la ocasión de su vida para pasar a la historia en una prueba grande. Demasiado rápido para sus rivales. Un único intento y premio gordo. El don de la oportunidad.