Leo Messi ha podido firmar su partido más desafortunado con la camiseta del Barcelona. En la semana en que se decidían los títulos de Liga y de Champions, el argentino no ha anotado un solo gol y ha prolongado su gafe con el Chelsea.
Su imagen lamentándose en el centro del campo tras el pitido final es, sin duda, la imagen de la eliminatoria. Leo Messi estaba abatido, sobre todo, por el penalti fallado al inicio de la segunda parte, que marcó el devenir del encuentro. Es la tercera pena máxima que no convierte esta temporada, y lo ha hecho en las tres competiciones.
Excepto en los últimos minutos del choque, el argentino se mostró cabizbajo, goleado moralmente por el tercer penalti que falla esta temporada. Al final apareció, pero era demasiado tarde. Su disparo que pudo ser el del pase a Múnich se estrellaba en la madera.
Parece que Abramovich ha hecho magia negra contra Messi. El argentino, acostumbrado a romper todos los récords, es incapaz de marcarle un gol al Chelsea, aunque juegue en inferioridad. La ansiedad, tantas veces achacada al Real Madrid, se pudo ver en la cara del argentino. Incluso, vio la amarilla en un agarrón a Lampard marcado por la impotencia.
El penalti y el muro llamado Cech pesan y pesarán en Leo Messi. La Pulga, aún así, sabrá levantarse como lo ha hecho tras los diferentes golpes que le ha dado el fútbol, sobre todo con la albiceleste. Pese a su asistencia a Iniesta, ha firmado una eliminatoria manifiestamente mejorable. Messi es humano y también puede fallar.