El bajón de Gerard Piqué esta temporada ha sido más que evidente. Aunque Pep Guardiola lo ha negado siempre, la verdad es que a la hora de afrontar los grandes encuentros el técnico azulgrana no ha contado con el central catalán, no hace tanto indiscutible en el equipo y en la selección.
El último capítulo se produjo este miércoles, cuando Piqué se quedó en el banquillo en Stamford Bridge a pesar de que la única amenaza inglesa era Didier Drogba, de unas características más adecuadas para el catalán que para Mascherano.
No era la primera vez. Gerard ya se quedó sin jugar ante el Bayer Leverkusen en octavos de final, aunque entonces se achacó a un accidente que había sufrido con su vehículo. Pero esa teoría se desmontó cuando volvió a ser suplente ante el Milan en San Siro, otro conjunto que basa su principal arma ofensiva en los balones aéreos dirigidos, en este caso, a Zlatan Ibrahimovic.
No obstante, no hay que olvidar que el central español ha venido arrastrando unas molestias musculares en las últimas semanas, y sobre todo que Javier Mascherano pasa por un estado de forma sensacional, que no ha hecho echar de menos a nadie a Piqué.
Sea como sea, Gerard tiene de cada vez menos peso dentro del Barcelona. Sin duda, otra preocupación para Vicente del Bosque de cara a la Eurocopa que está cerca de arrancar.