Pau Gasol ha vuelto a ver cómo el pívot de los Clippers Blake Griffin le clavaba un mate en su cara. Una acción de esas que en la NBA disfrutan a lo grande los aficionados, pero no tanto los jugadores que lo sufren.
El de Sant Boi, que ya sufrió la misma jugada en la primera vuelta, reclamó falta personal en ataque, pero a pesar de que ésta fue evidente, el colegiado, en lo que es la tónica habitual de la NBA, no señaló nada. No obstante, Gasol reconoció a Basket4us al terminar el encuentro que "noté cómo me golpeaba un codo y de repente estaba en el suelo. Me levanté y le dije al árbitro que me habían golpeado en la cara y en la garganta y que quizá deberían tenerlo en cuenta. Deberían haber pitado falta, pero no soy el árbitro".
Sobre la acción así, Pau se mostró imperturbable. "A mí no me intimida nadie realmente, no hay ningún jugador en el mundo que me intimide. Yo compito, intento hacer mi trabajo lo mejor que puedo y ayudar a mi equipo a ganar, como en cada partido. Como hoy". No en vano, los Lakers se impusieron por 113-108, y eso es lo importante.