La verdad es que yo no me hubiera atrevido a doblarla, ¿y si estalla en ese momento?.
El Islam es la navaja perfecta para un occidente pútrido y degenerado.
No fallan ellos, fallamos nosotros.
ella es una mema, pero quien la ha dejado competir es tonto de remate, en fin asi tiene escusa para no ganar. esto es una tonteria como un piano, merluza ella, atontados ellos, si es que.....
Digno permítame decirle que no tiene ni pajolera idea acerca de la Iglesia Catolica ; desde cuando dice la Iglesia que las mujeres son inferiores a los hombres ; a no ser que se retrotaiga usted al medievo; pero le recuerdo que estamos en el siglo XXI.
Sociatas, al más puro estilo hockey británico...!
sí, es serio el tema, pero tiene una indudable cara jocosa, por lo que me alegro de que la destaques. Ahora yo también puedo imaginar lo que habrían hecho de ésta escena los hermanos Marx, los Monty Python, Charlot, Tati, Gila o hasta el mismísimo Almodovar hace años, no ahora. Vamos!, una escena como la de un Tour de Francia muy serio y uno en patinete con cara de velocidad...
5326:
Lo siento, por la seriedad del tema. Pero es que tras leer tu comentario no he podido evitar imaginarme al Tío de La Vara corriendo a varazos a esa atleta...... :-)
xka,
creo que a éso que dices se reduce todo, ha logrado con creces su objetivo, y ya estamos de nuevo divididos una vez más entre nosotros mientras que ellos están unidísimos en su opresión a la mujer. Demencial pero cierto!, cómo podemos estar rodeados de tántos cretinos no musulmanes!
Esta señora no ha ido a competir, ha ido a hacer proselitismo de una forma de vida misogina, premedieval e insultante para la mujer.
Lo que no entiendo es hasta donde llega la hipocresía institucional.
No deberían dejarla correr así.
Aún menos entiendo a las famosas occidentales que se dejan fotografiar con ese trapo puesto. Vaya muestra gratuita de sumisión a la tiranía.
De aquí a nada, en las próximas olimpiadas podremos ver carreras de camellos, o un partido de Buzkashi, deporte típico en el norte de Afganistán, donde un montón de tíos armados con látigos se disputan un cordero sin cabeza ni patas a lomos de sus caballos. La regla única es que no pueden pegar al caballo, pero al oponente pueden por todos lados.