Gerard Piqué, que llegó a ser considerado como el mejor central del mundo, cuajó su peor partido de su irregular año el pasado sábado ante Osasuna en el Reyno de Navarra. El jugador azulgrana falló en los tres goles que su equipo encajó. De hecho, Guardiola lo vio tan mal y desubicado que decidió cambiarlo. Esta es la cuarta vez en la temporada que no acaba un partido.
Pudo ser por el frío, por las malas condiciones del campo del Reyno de Navarra o simplemente porque Piqué no está bien. Lekic le pilló la espalda en el primer tanto de Osasuna tras la dejada de Raúl García. En el segundo tanto del equipo de Mendilibar, el serbio se coló entre él y Dani Alves y, en el tercero, estuvo muy lento para llegar a taponar el remate de Raúl García.
Pero los fallos ante Osasuna no han sido los únicos que ha tenido el central culé. Ante el Valencia, en la ida de las semifinales de la Copa del Rey, tiró mal el fuera de juego y Mathieu pudo servirle un balón franco de gol a Jonas, que no perdonó. De hecho, ante el máximo rival –el Real Madrid– en la vuelta de los cuartos de Copa, falló en un pase sencillo y permitió a Benzema anotar, y en la ida de la misma eliminatoria concedió mucho espacio a Cristiano que se sacó un pelotazo con la pierna izquierda para hacer el primer gol.
El año para Piqué no empezó bien ya que sus lesiones le impidieron rendir a buen nivel. El 23 de agosto tuvo una rotura fibrilar en el gemelo y estuvo un mes fuera de los terrenos de juego por lo que no pudo completar la pretemporada. Tras cuatro partidos, dos de ellos con la selección española, se lesionó en un partido contra el Racing de Santander a los siete minutos. Rotura en el bíceps femoral y quince días de baja. Hasta noviembre no empezó a jugar con continuidad en el equipo de Guardiola.
El central no se encuentra cómodo con la defensa de tres que partido tras partido plantea Pep Guardiola. Mucho mejor se han adaptado Puyol, Mascherano Alves y Abidal. A pesar de todo, la defensa barcelonista sólo ha encajado 16 goles en 22 partidos y Valdés es el portero menos goleado de la Liga. Pero lo que está claro es que Piqué ha dejado de ser una referencia en la zaga culé.