El 7 de mayo de 2011 se produjo una de las noticias más tristes del golf mundial con la muerte de Severiano Ballesteros. Fue una noticia esperada, pues Seve, ganador de cinco torneos grandes –tres Abiertos Británicos y dos Masters de Augusta– al final no pudo ganar su partido más importante a un cáncer contra el que estuvo luchando con todas sus fuerzas durante dos años. El cántabro fue todo un ejemplo de lucha y espíritu de sacrificio. A los 54 años moría en su propia casa de Pedreña, lugar que le vio nacer y jugar por sus calles, plazas y playas. Decíamos así adiós a uno de los impulsores –por no decir el impulsor– del golf moderno y el auténtico buque insignia del golf europeo, al que colocó en los parámetros que con el paso del tiempo hoy conocemos.
Con el recuerdo de Seve siempre presente, el golf español ha brillado en el concierto internacional. Así, hay que destacar las siete victorias de nuestros jugadores en el European Tour: dos de Sergio García –Masters de Castellón y Andalucía Masters–; otras dos de Álvaro Quirós –ambas en Dubai–; una de Pablo Larrazábal en el BMW International Open; otra de Pablo Martín-Benavides en el Campeonato Alfred Dunhill, nada más comenzar la temporada; y la de Gonzalo Fernández-Castaño en el Abierto de Singapur, demostrando que se encuentra recuperado de su lesión de espalda que a punto estuvo de retirarle.
Pero la feliz recuperación para el golf de Sergio García, después de que todos nos temiéramos lo peor, ha sido la noticia más positiva de este 2011. Un año que, por lo demás, ha sido testigo del apabullante dominio de los jugadores europeos a nivel mundial, destronando a los sempiternos americanos, a quienes les ha pesado como una losa la gran crisis sobrevenida a raíz de la desaparición del primer plano de Tiger Woods, aun a pesar de su triunfo en el Chevron World Challenge a principios de diciembre.
En cuanto a las mujeres, cabe destacar la absoluta sequía de las españolas en el Ladies European Tour. Aún así, hay que hacer mención a la actuación de Azahara Muñoz, sobre todo en la ultima parte de la temporada.
En definitiva, los éxitos conseguidos en este año que nos deja deben llevarnos a pensar en un 2012 trufado de títulos que permitan a nuestros golfistas consolidarse a nivel mundial.