Las negociaciones entre los dueños de la NBA y el sindicato de jugadores han quedado rotas después de tres días consecutivos de reuniones sin que se alcanzase ningún acuerdo para la firma de un nuevo convenio colectivo.
Después de 30 horas de negociaciones, en un hotel de Nueva York con el mediador federal George Cohen, ninguna de las partes ha dado su brazo a torcer en relación a dos asuntos claves del nuevo convenio: el reparto de los ingresos y el tope salarial. La suspensión de las negociaciones implica que podría haber nuevas cancelaciones de partidos de la temporada regular a partir de la próxima semana y poner en peligro el resto de la competición.
El comisionado de la NBA, David Stern, que no ha podido asistir a la reunión de este jueves por encontrarse con gripe, había adelantado que si esta semana no se llegaba a un acuerdo, a partir de la próxima tendrían que volver a cancelar partidos y poner en peligro los del Día de Navidad.
Adam Silver, el vicecomisionado de la NBA que ha reprsentado a Stern en las negociaciones por la mañana con los dueños y por la tarde con el sindicato de jugadores, admite que este nuevo fracaso en las negociaciones traerá graves consecuencias para el baloncesto profesional estadounidense. "Al final no fuimos capaces de acortar las diferencias que separaban a las dos partes", ha dicho Silver. "Entendemos las consecuencias que tendrá la situación en la que nos encontramos y nos sentimos tristes por nuestro deporte".
Por su parte, el presidente del sindicato de jugadores, el base Derek Fisher, también ha reconocido que los profesionales eran conscientes de la repercusión que tenía el permanecer sin avances. "Esto no es de ninguna manera algo sobre el orgullo o el ego de los jugadores', declara Fisher, compañero de Pau Gasol en Los Angeles Lakers. "En juego está el futuro de muchas personas por la separación que existe entre las dos partes".
La cancelación de los cien primeros partidos de competición ya ha supuesto la pérdida de 170 millones de dólares en salarios para los jugadores.
Mientras tanto, ambas partes siguen pensado que la negociación es el único camino para conseguir el acuerdo, pero este proceso de cierre patronal (lockout), que comenzó el pasado 1 de julio, podría llegar a los tribunales y de hecho ya han presentando demandas por acciones perjudiciales a sus intereses ante el Consejo Nacional de Relaciones Laborales.