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GANA EN SU DEBUT EN EL CUADRILÁTERO

El drama de Bozella: 26 años en la cárcel por un crimen que no cometió

A sus 52 años, y después de haber pasado injustamente 26 en prisión, Dewey Bozella ha ganado en su debut en el cuadrilátero contra un rival de 30.

A sus 52 años, y después de haber pasado injustamente 26 en prisión, Dewey Bozella ha ganado en su debut en el cuadrilátero contra un rival de 30.

"Los sueños sí se cumplen. Nunca pierdan la esperanza". Con esas palabras celebraba Dewey Bozella el sábado su victoria a los puntos sobre Larry Hopkins, mientras en las gradas recibía una cerrada de los más de 15.000 espectadores que abarrotaban el Staples Center de Los Ángeles.

Pero Bozella, ganador del Premio ESPY Arthur Ashe 2011 por su ejemplo de valentía y determinación, después de haber sufrido en sus carnes un injusto encarcelamiento durante 26 años y medio, no volverá a pelear como profesional porque, según dice, ya ha visto cumplido su sueño de saber lo que siente sobre el cuadrilátero.

"Cuando estaba en mi celda en prisión soñaba con este momento. Valió la pena el sueño. Hoy se cumplió mi sueño", decía Bozella. "Pero es mi primera y última pelea. Este es un deporte para hombres jóvenes. Ya hice lo que quería hacer y estoy feliz. Mis agradecimientos para todos los que hicieron este momento posible. Esta ha sido una de las grandes experiencias de mi vida. Lo próximo para mí es trabajar en mi proyecto y gimnasio en Beacon, Nueva York, para poder trabajar allí con niños de la nación y sacarlos por medio del boxeo de los malos caminos", añadió el veterano boxeador.

A buen seguro que el drama de Bozella será llevado a la gran pantalla. En 1983 fue encarcelado por el asesinato de Emma Crasper, una mujer de 92 años. Bozella siempre se declaró inocente y no fue hasta 2009 cuando pudo demostrarlo. Hasta entonces se había negado a aceptar la propuesta de los fiscales del caso para quedar en libertad si se declaraba culpable del asesinato de la anciana. Bozella prefirió pasar el resto de su vida en la cárcel antes de admitir un crimen que no había cometido.

El sábado, gracias a Golden Boy Promotions, Bozella pudo cumplir su sueño de pelear en un combate profesional. Durante los primeros dos asaltos mostró buena técnica, lentos movimientos laterales pero evidente conocimiento del deporte que practicó en la cárcel, y que según ha dicho, le salvó de volverse loco y lo ayudó a mantener viva la esperanza de ser libre.

Ya en el tercer asalto empezó a aprovecharse del cansancio que mostraba su rival Larry Hopkins. Y en el cuarto, teniendo que descansar varias veces porque Hopkins botaba su protector bucal para tomar aire, se mostró más agresivó para acabar la pelea exhibiendo su mejor boxeo. "Estaba buscando cerrarla con un KO. Pero él siguió botando el protector para tomar aire porque estaba cansado", ha dicho Bozella sobre su oponente, 22 años más joven que él y que, con esta derrota, ve cómo su marca se queda ahora en 0-4.

"Gracias a todos por el apoyo. Gracias a Hopkins por haberme permitido entrenar con él. Y gracias a Óscar de la Hoya y a Dios por permitirme cumplir este sueño", agrega Bozella, que en los cuatro asaltos lanzó un total de 208 puñetazos y conectó 48 de ello (su joven rival lanzó 132 y acertó 20).

"Los sueños sí se cumplen. Nunca pierdan la esperanza", finalizó diciendo Bozella, mientras en las gradas recibía aplausos de admiración y algunos coros que le clamaban para que realizara unapelea más próximamente.

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