El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) ha dejado sentenciado el Mundial de Fórmula Uno, que podría anotarse matemáticamente dentro de dos semanas en Singapur, al imponerse en el Gran Premio de Italia en Monza, en el que el español Fernando Alonso (Ferrari) pudo amarrar el podio al concluir tercero.
Vettel, que el año pasado se convirtió en el más joven de la historia en ganar el Mundial, también será a sus 24 años el doble campeón más joven de la Fórmula Uno, después de haber firmado en la catedral de la velocidad la octava victoria de la temporada.
El alemán sigue haciendo historia y ayuda a escribir la de su equipo, aupado por su talento, pero beneficiado por el excelente monoplaza diseñado por Adrian Newey, el ingeniero estrella de la F1. Vettel lidera con 284 puntos, 112 más que Alonso y 117 más sobre el inglés Jenson Button, que ha terimnado segundo.
Alonso había anunciado durante la víspera que iba a ser casi una misión imposible repetir ante la afición ferrarista su triunfo del año pasado, que también había logrado en 2007, con McLaren. El asturiano se conformó con el podio, tras aguantar la embestida final del inglés Lewis Hamilton, autor de la vuelta rápida en el penúltimo giro.
Se clasificó entre ambos pilotos de McLaren, por detrás de Button, y se reservó la genialidad de una salida excepcional, en la que, tras arrancar cuarto, tomó el liderato tras arriesgar por la derecha -con dos ruedas por el césped- y entrar primero en la primera curva, la de la chicane.
Donde se generó la montonera que provocó el australiano Daniele Ricciardo, que involucró a su compañero italiano Vitantonio Liuzzi (Hispania), al ruso Vitaly Petrov (Renault), al belga Jerome D'Ambrossio (Virgin) y al alemán Nico Rosberg (Mercedes).
Tras la magistral salida de Alonso, entró en pista el coche de seguridad, que poco después de retirarse dejó paso a un nuevo monólogo de Vettel. El alemán rebasó al campeón español y ya no cedió el liderato hasta la meta, en una prueba en la que Jaime Alguersuari (Toro Rosso) celebró el mejor resultado de su carrera, al acabar séptimo.
Mark Webber quedó fuera de carrera en la quinta vuelta, tras tocarse con Massa -sexto-, perder el alerón delantero y acabar accidentándose metros más adelante. Y poco después se produjo la interesante batalla del alemán Michael Schumacher (Mercedes) -quinto- con Hamilton, en un duelo al que se uniría posteriormente, y del que saldría como gran beneficiado, Button, en una sensacional maniobra de adelantamiento doble en la vuelta 16, inmediatamente antes parar en boxes.
Button les cedió el duelo a su compañero y a Schumi, que demostró que no es séptuple campeón mundial por casualidad y aguantó muchas embestidas del inglés antes de aflojar, en una batalla que benefició indirectamente a Alonso, que paró en la 19 -poco antes de ceder la segunda plaza a Jenson- y volvió a poner neumáticos blandos; antes de colocar, tras la 34, los medios, con los que sufrió para mantener una tercera plaza que dio como buena.