La final de la Copa Libertadores no pudo acabar peor. Después del pitido final que proclamaba al Santos campeón de la competición, las plantillas de ambos equipos se enzarzaron en una monumental tangana en el centro del campo.
El encuentro no solo será recordado por el encumbramiento de Neymar como una de las promesas del fútbol mundial, sino que los incidentes acontecidos al final del partido ensombrecieron el buen fútbol visto sobre el césped.
No solo los futbolistas participaron en la monumental pelea, sino que aficionados del Santos saltaron al césped y hasta el staff técnico repartió patadas y puñetazos, dejando una imagen lamentable. La policía tuvo incluso que intervenir para frenar la pelea que duró varios minutos.