
Finalmente, el entrenador del Real Madrid no acudió al Camp Nou y ha visto el encuentro desde el hotel de concentración de los blancos, el Juan Carlos I. José Mourinho había declinado la oferta del Barcelona de acudir al palco y, tras meditarlo, ha decidido no ir al estadio azulgrana y verlo desde el hotel, un lugar mucho más seguro para su integridad física.
El autobús del Real Madrid llegó al Camp Nou sin su entrenador. Desde el Barcelona le habían reservado una posición en el palco de honor por si Mourinho hubiera cambiado de parecer.
En la reunión previa entre la UEFA y los clubes, el Barcelona ofreció al Real Madrid la posibilidad de que José Mourinho se sentara en el palco del Camp Nou, posibilidad que éste rechazó. Dadas las opciones, el portugués meditaba ver el partido con los aficionados del Real Madrid. Sin embargo, esta posibilidad planteaba un problema de seguridad en el estadio y, al final, ha decidido quedarse en el hotel, más tranquilo.
Los precedentes
No es la primera vez que el luso no acude a un estadio donde juega su equipo. Cuando entrenaba al Inter de Milán, Mourinho dirigió un encuentro desde el autobús. Su expulsión ante la Juventus por aplaudir una decisión arbitral a favor de la Vecchia Signora acabó con el portugués dirigiendo el choque desde el autocar de los suyos a través del téléfono móvil siguiendo las jugadas por la televisión del vehículo.
Algo similar hizo en el Allianz Arena de Múnich, cuando, en un partido frente al Bayern, abandonó el palco donde veía el duelo para dirigirse al hotel y ordenar desde allí a su técnico asistente.. La presión de las cámaras y el marcaje de la UEFA le impedían actuar con la libertad que demandaba.
Este es el mayor obstáculo al que se enfrente el luso y todo el staff técnico del Real Madrid. El organismo europeo somete a un férreo control a los entrenadores expulsados para que no puedan dar ni una sola orden a los suyos. Esto es: Mourinho no se podrá sentar detrás de los banquillos, no visitar el vestuario del Real Madrid antes, durante y después del partido y tendrá prohibido el uso del teléfono móvil o cualquier otros sistema que le permita estar en contacto con el banquillo merengue.
Por eso, el entrenador ha decidido quedarse en el hotel y dar desde ahí las instrucciones que desee y estime oportunas. Los tentáculos de la UEFA no llegan, todavía, a las habitaciones de las concentraciones de sus equipos.
La seguridad y el caso del carrito
La seguridad es, además, un aliciente para evitar una desagradable visita al Camp Nou. El Barça no podía dar a Mourinho ningún palco cerrado para dirigir a los suyos y la única opción era la de sentarse unas filas por detrás de los suyos en un área donde el contacto con los aficionados haría de la estancia del técnico, un auténtico infierno.
Más complicado parece que The Special One trate de llevar a cabo algún truco como el del carrito de la ropa sucia. Entrenando al Chelsea, Mourinho regateó la sanción de la UEFA escondiéndose en un carrito de los utilleros lleno de ropa para lavar. Una vez dentro del vestuario, salió, dio la charla necesaria y volvió a su escondite. En el Camp Nou gozaría de mayor vigilancia y, como es de esperar, no contaría con la connivencia de los trabajadores culés como sí tuvo, aquel día, con los empleados de Stamford Bridge.