En Verano azul se oyen mucho las expresiones jolines y macho. Suena a antiguo, pero Bertín Osborne y Jordi Évole también dicen macho. Se van a cumplir 35 años del estreno de la serie (se emitió desde octubre de 1981 a febrero de 1982, los domingos a las tres y media). A mí me daba mucha vergüenza Verano azul. Y no sólo el capítulo donde Bea tenía "el periódico", según su hermano pequeño (Tito). Madre mía, hay pocas cosas tan cursis en la historia de TVE como ese episodio, con Javi recitando "que ni el viento la toque". Mercedes Cebrián ha publicado Verano azul, unas vacaciones en el corazón de la transición (Alpha Decay). Homenaje nostálgico, evocación generacional y ensayo "de andar por casa", según la autora. Cebrían tenía diez años cuando se estrenó. Sólo por esa tierna edad entiendo la obsesión con una serie semejante.
Me acuerdo del episodio de la lluvia cuando Julia cuenta su tragedia familiar y todavía me llevan los demonios. Era más fácil ver algún capítulo después, en las reposiciones, igual que es más fácil mirar y escuchar a los Pecos ahora que en su época (cómo despreciábamos a las niñas a las que les gustaban). Sí había una cosa en la que éramos mejores entonces. La portada de Supertele del 6 al 12 de febrero de 1982 tenía a Antonio Ferrandis y este titular: "Chanquete se muere el domingo". Anda y que os den con tanta tontería de destripamientos y spoilers.
No consigo recordar en qué película o serie una mujer le decía a otra que no podía salir con ningún tío que hubiera visto Friends por primera vez en Netflix. Supongo que lo mismo pasa para quien haya visto por primera vez Verano azul en una reposición.
Yo no habría dejado a mis hijos con un viejo, que a saber qué querría de ellos. Y encima tocaba el acordeón. Pobre Antonio Ferrandis. Se quejaba de que después de Verano azul su carrera no fue a más (Volver a empezar fue casi a la vez). Cuando Concha Velasco terminó Teresa de Jesús se puso a hacer en la tele El águila de fuego (1985). Una vulgar revista. La misma con la que había empezado su suerte profesional con Celia Gámez. "Yo no quería ser Chanquete", decía en un documental que emitieron hace poco en La 2.
Juanjo Artero, de los chicos, es el único que tiene una carrera. El único que ha seguido siendo actor. Dentro de poco volverá al teatro con Lola Herrera. Pilar Torres (Bea) ya había salido en películas como Emilia… parada y fonda (1976) o La lozana andaluza (1976), pero tras Verano azul se desligó de ese mundo. Es enfermera, como su hermana Cristina (Desi), que había salido en ¿Quién puede matar a un niño?, de Chicho Ibáñez Serrador. José Luis Fernández (Pancho) llegó a formar un dúo con Juanjo Artero. Oyes ahora ‘Cuando es bueno para ti’ y ‘A toda vela’ y sabes que cualquier tiempo pasado fue anterior. Miguel Ángel Valero (Piraña) salió en Chispita y sus gorilas, Padre no hay más que dos y Buenas noches, señor monstruo. También en ‘La bola de cristal’ como Mantequilla. Es ingeniero de Telecomunicaciones y dirige, atención, el Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (Ceapat) del Imserso. Gerardo Garrido (Quique) hizo en teatro Las bicicletas son para el verano y luego lo dejó. Pero lo más curioso es que su hermano es Alfredo Garrido, el Chencho de La gran familia. Miguel Joven (Tito) cantó con Miguel Ángel en el dúo ‘Los Pirañas’. Su mayor éxito fue Comer, comer. Se dedicó a la hostelería.
Ahora podríamos empezar a contar qué ha sido de nosotros desde que acabó Verano azul.