Juan Goytisolo (Barcelona, 1931), escritor catalán afincado en Marraquech, ha recibido el premio Cervantes por "su labor en la indagación del lenguaje y su apuesta por el diálogo intercultural", en una ceremonia solemne en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).
Considerado el Nobel de las letras hispanas, es la primera vez que ha sido entregado por Felipe VI como monarca, aunque ya en dos ocasiones anteriores, en la edición de 2011 y 2012, lo hizo en sustitución de su padre, el rey Juan Carlos I, cuando se encontraba convaleciente.
"No se puede rechazar el Cervantes, sería como rechazarle a él, aunque si que me sorprendió, porque sabía que no había voluntad de dármelo", precisó el autor de Señas de identidad hace unos días, Goytiloso, que bromeó con presentarse a este acto con chilaba. Finalmente, el escritor se presentó sin chaqué y "sin demasiada emoción", aunque vestido con una corbata que, según señaló, tiene 35 años.
"Me siento como Luis Bárcenas al llegar al juzgado", han sido sus primeras palabras a su entrada al Paraninfo ante la presencia de multitud de periodistas. Juan Goytisolo, que el pasado mes de enero cumplió 84 años, ha reiterado una vez más que no busca los premios, en respuesta sobre su posible emoción por otros galardones como el Príncipe de Asturias.
Su discurso, breve, estuvo dedicado a Francisco Márquez Villanueva, su maestro, y a los habitantes de la medina de Marraquech que han sabido acogerle en la vejez, dijo.
"Parásitos de la literatura"
"El dulce señuelo de la fama sería patético si no fuera simplemente absurdo", apuntó el escrito. "La verdadera obra de arte no tiene prisa, puede dormir décadas como La regenta. Ser objeto de halagos por la institución literaria me lleva a dudar de mí mismo". Goytisolo reiteró que no quiere "ser noticia como dicen obscenamente los parásitos de la literatura".
Goytisolo, "incurable aprendiz de escribidor", reivindicó la necesidad de "volver a Cervantes". "Al hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea. Asentamos al revés los pies en ella. Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia", dijo al final de su discurso, en el que ese "podemos" fue un claro guiño hacia el partido que lidera Pablo Iglesias y por el que el premiado no oculta sus simpatías.
Goytisolo criticó el "empecinamiento" de las autoridades en desenterrar "los pobres huesos" del escritor y "comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China", y se preguntó si no sería mejor "sacar a la luz los episodios oscuros" de su vida "tras su rescate laborioso de Argel".
"Mi instintiva reserva a los nacionalismos de toda índole me ha llevado a abrazar la identidad cervantina; cervantear es aventurarse en el territorio incierto de lo desconocido; dudar de los dogmas nos ayuda a eludir el dilema que nos acecha", apuntó el galardonado. "Cervantes nos muestra el camino. Volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje es la cordura que nos transmite Cervantes".
"Figura cumbre"
El Rey valoró la "mirada crítica" del nuevo Premio Cervantes, cuya "deslumbrante obra" ayudará a los españoles a replantearse "visiones e ideas establecidas" y les impulsará a reflexionar sobre el presente y el pasado, "para así quizás afrontar mejor el futuro".
En su discurso, el Monarca ha definido a Goytisolo como uno de los principales representantes de Cervantes en castellano de las últimas décadas y "una figura cumbre de la literatura en español", que ha realizado además "aportaciones fundamentales" a la historia cultural de España en cuestiones como la influencia mudéjar o la importancia de la limpieza de sangre en la Edad Moderna.
El premio Cervantes, dotado con 125.000 euros y otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, es el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española.