El premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez, ha muerto este jueves a los 87 años de edad en México DF, donde vivía desde hace años. La información, adelantada por diarios locales como el mexicano Reforma, fue confirmada después por el presidente de Colombia José Manuel Santos, que le calificó como "el más grande colombiano de todos los tiempos".
El pasado 31 de marzo, García Márquez fue ingresado de urgencia en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán "por un cuadro de deshidratación y un proceso infeccioso pulmonar y de vías urinarias". Aunque su entorno y él mismo minimizaron sus problemas de salud, surgieron rumores sobre una posible recaída en el cáncer linfático que se le detectó en 1999.
Esta semana, la familia confirmó que su salud "era muy frágil" y que "existían riesgos de complicaciones de acuerdo a su edad", algo que reiteró este jueves su médico, Jorge Oseguera.
El realismo mágico de García Márquez
García Márquez, nacido en Colombia hace 87 años pero afincado en México desde hace varios, es considerado el máximo representante del realismo mágico y uno de los mejores escritores del siglo XX. Su amplia obra le valió en 1982 la entrega del Premio Nobel de Literatura.
El escritor creció junto a sus abuelos maternos en Aracataca, un pueblo del Caribe colombiano que alguna vez definió como la semilla de Macondo, la población imaginaria que se convirtió en el marco de su obra más conocida, Cien años de soledad.
García Márquez abandonó la costa colombiana en 1940 para estudiar interno con una beca en el Liceo Nacional de Zipaquirá. Pese al empeño de su padre en que estudiara Derecho, muy pronto comenzó su labor como articulista y escritor.
En septiembre de 1947 publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el diario El Espectador, y comenzó a ejercer como reportero, crítico y columnista. La publicación de La hojarasca y sobre todo del reportaje por entregas Relato de un náufrago le valió la censura en Colombia, lo que marcó el inicio de su carrera como corresponsal por Europa, la Unión Soviética, Estados Unidos y Venezuela.
En su etapa europea conoció a célebres escritores como el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza y Mario Vargas Llosa, con quien coincidió en su etapa en Barcelona y de quien se alejó en 1976. En 1959 conoció en La Habana al dictador Fidel Castro con el que inició una polémica amistad.
A principios de los sesenta se casó con Mercedes Barcha, con quien tuvo dos hijos, Rodrigo y Gonzalo. Se trasladaron a vivir a México, donde escribió guiones, así como las novelas El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y el libro de relatos Los funerales de la Mamá Grande. En 1967 llegaría Cien años de soledad, una de las obras cumbre de la literatura universal, traducida a 35 idiomas y de la que se han vendido más de 30 millones de ejemplares.
Premiado con el premio Nobel de Literatura, que recogió en Estocolmo en 1982, tiene como otras obras destacadas El otoño del patriarca, El amor en los tiempos del cólera y Crónica de una muerte anunciada.
Se le consideró el máximo representante del realismo mágico, junto al guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el mexicano Juan Rulfo y formó parte del denominado boom hispanoamericano de los 60 y 70 junto a autores como Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes.
También destacó por su posicionamiento político en asuntos como la dictadura de los Castro, que respaldó abiertamente, y el terrorismo de las FARC, donde actuó como mediador en 1985 y 1998-2002.