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Pedro Fernández Barbadillo

¿Por qué está Franco enterrado en el Valle de los Caídos?

Cabe preguntarse si, como consecuencia de la exhumación de Franco, se desautorizaría a quien trajo la democracia a España.

Cabe preguntarse si, como consecuencia de la exhumación de Franco, se desautorizaría a quien trajo la democracia a España.
Alrededores del Valle de los Caídos | Cordon Press

Mientras Europa debate sobre la mayor crisis de desplazados desde la posguerra y se prepara para afrontar la amenaza islamista y el invierno demográfico, la clase dirigente española sigue empeñada en suicidarnos con planes como el desmembramiento de la Nación y el ajuste de cuentas con el fantasma de Franco. (...)

La leyenda negra sobre Franco sostiene que, como un faraón malvado, construyó su pirámide sobre los huesos, la sangre y el sudor de miles de presos del bando derrotado de la guerra, reducidos a la esclavitud. La realidad es que los obreros muertos no alcanzaron ni la docena y media, cuando en la construcción de los estadios para el mundial de fútbol de 2022 en Qatar han fallecido en torno a 1.200 trabajadores. Y también es cierto que Franco no tenía pensado ser enterrado en el Valle. Una prueba de ello es el panteón que los Franco compraron en el cementerio del Pardo, y donde se enterró a Carmen Polo en 1988.

Los servicios de información del régimen franquista, el Seced (Servicio Central de Documentación), habían elaborado en los años anteriores a la muerte de Franco la llamada operación Lucero, que consistía en tener previstos los pasos a dar cuando el caudillo falleciese: entierro del general, proclamación del rey, protocolo de todos los actos, contactos con la oposición… Parecida previsión había tenido Franco, que había redactado su propio testamento político.

El general Juan María Peñaranda, miembro del Seced, los militares que formaban el citado servicio decidieron que Franco fuese inhumado en el Valle de los Caídos, lo cuenta a Francisco Medina en Memoria oculta del Ejército:

¿Por qué el Valle de los Caídos al final? Pues no fue una decisión de Franco. No. Fue una decisión de Presidencia, a sugerencia nuestra. Pero, claro, ¿dónde ibas a enterrarle una vez que se decide que iba a ser aquí, en Madrid? La ventaja del Valle de los Caídos es que lo sacas de la ciudad, pues no había un sitio permanente en Madrid donde poder enterrarle. El Valle de los Caídos, en ese sentido, parecía un sitio estupendo; la basílica se había hecho para conmemorar a los caídos, aunque pocos del bando republicano quisieron enterrar allí a sus familiares. Algunos incluso lo prohibían. En fin, nosotros hicimos la sugerencia, explicamos los pros y los contras, y luego lo aprobaron quienes lo tenían que aprobar. ¿Se consultó con la familia? No lo sé… Aunque, claro, Arias tenía buena relación con la familia del Generalísimo… Llega luego un momento en el que se ve que la salud del Caudillo decae rápidamente. Yo creo que eso es a la vuelta del verano del 75. Al inicio del otoño quizá Arias se lo dice a la familia… Y Doña Carmen [Polo, esposa de Franco] debió decirle: "Haced lo que os parezca más oportuno". Pero no era un tema de consulta, sino tener la cortesía de anunciarles lo que íbamos a hacer… Para la operación Lucero, el Valle de los Caídos era un asunto firme. Esa clase de decisiones tan importantes tardaron en tomarse, pero eran básicas para poder continuar… Tenías que decidir dónde enterrabas a Franco, dónde se ponía el féretro para que lo visitara la población… Y eso no lo dejabas al albur para, cuando llegue el momento… Porque todos los dispositivos de seguridad, de tráfico, de autoridades, de viajes…, todos estaban relacionados con esos puntos. Y ya se dijo: Valle de los Caídos [para el entierro] y Palacio Real [para la exposición del cadáver].

Lo anterior explica que una de las primeras órdenes de Juan Carlos de Borbón, a las pocas horas de haber sido proclamado rey, fuese la entrega del cuerpo de Franco al abad del Valle para que lo enterrase en la abadía. Orden, por cierto, sin refrendo del presidente del Gobierno, entonces Arias Navarro, ni de ningún ministro. Y también explica que se tuviese que excavar a toda prisa el espacio para la inhumación detrás del altar mayor, un lugar sorprendente.

Cabe preguntarse si, como consecuencia de la exhumación de Franco, se desautorizaría a quien trajo la democracia a España, mientras los socialistas estaban de vacaciones o en el Movimiento, y se deslegitimaría la Transición, como desea Podemos.

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