Detalles erróneos de atrezzo, afirmaciones falsas y elipsis clamorosas de la historia de España que dejan a nuestro país con una muy mala imagen exterior con el último fin de ganar dinero. Es la principal acusación que realiza la profesora y escritora malagueña María Elvira Roca Barea contra la serie La Peste, recientemente estrenada en Movistar.
"Tendría que hacer milagros la Marca España y el Instituto Cervantes, que llevan décadas trabajando para mejorar la imagen de España en el exterior, esfuerzo pagado con el dinero de todos los españoles para contrarrestar el efecto nocivo que La peste va a provocar", denuncia Roca en un artículo publicado en El Mundo.
La profesora va desgranando el rosario de tópicos como "el irremediable cura que maneja en las sombras toda la trama", o "la incapacidad nacional para la industria y los negocios", salpicado eso sí "a la posmoderna con su sexo, su gay, su poquito de género y su canesú".
También enumera los principales errores históricos de la serie, como el hecho de que Sevilla quede como una ciudad "roñosa y repugnante" cuando lo cierto es que desde su puerto se exportaba "loza, paños, libros, vino, sal… y hasta sofisticados productos farmacéuticos trasatlánticos como la quinina", recuerda Roca.
También destaca los "vericuetos teológicos" de la serie, que representa al catolicismo desde una óptica oscura y siniestra, con un médico obligado a esconder sus conocimientos para evitar ser quemado por brujo. La profesora recuerda que se trata de un "lamentable error de localización" porque para la quema de brujas "hay que ir a Ginebra o a cualquier territorio germánico o protestante en general".
Sobre la quema de herejes, Roca destaca que "España produjo exactamente 12 mártires para el protestantismo, lo cuales han dado lugar a tantos libros, comentarios y menciones, que parecen 12.000", mientras que los mártires católicos del protestantismo "pueden competir con la guía de teléfonos de una ciudad mediana".
La colonización del Nuevo Mundo tampoco se salva. En la serie aseguran que a América "se embarcan los deshechos", pero Roca señala que "hay pocas migraciones en la Historia de Occidente más supervisadas, cuidadas y mimadas que la que fue al Nuevo Mundo desde España" y recuerda que "a Cervantes no le fue permitido viajar (…) porque no tenía oficio ni beneficio".
En sus conclusiones, la profesora lamenta que La Peste "tendrá un éxito notable en las tierras del protestantismo, porque contribuirá a reforzar la idea, tan arraigada entre ellos, de su superioridad moral intrínseca, cuasi genética". También denuncia que ese éxito se produce "a costa de la reputación de España, que como no es de nadie, puede ser dañada sin que se exija reparación".