La editorial Nórdica Libros acaba de sacar Rip van Winkle, un relato de apenas 80 páginas, que fue publicado inicialmente en 1819, y que está considerado el primer cuento de la literatura norteamericana. Esta es una excusa perfecta, como cualquier otra, para hablar de Washington Irving. Su autor es un referente en Estados Unidos, y -sin embargo- no es tan afamado en nuestro país como otros muchos de los cuales se considera predecesor: Mark Twain o Ernest Hemingway (herederos directos de su estilo coloquial).
Este libro nos traslada al Nueva York de los días previos a la Guerra de Independencia norteamericana. El cuento toma el nombre del protagonista, Rip van Winkle: un campesino -de origen holandés-, que se suele escapar de su esposa porque lo regañaba continuamente. Normal, a ella no le gustan sus aventuras (¿les es familiar la historia?). Y hete aquí que un día se queda dormido bajo un árbol, y al regresar a su pueblo se encuentra con que han pasado 20 años. Un completo anacronismo.
Se trata de una historia clásica, que se ha adaptado en infinitud de ocasiones, y -de hecho- no es original, porque se inspira en la leyenda de Los siete durmientes de Éfeso (una de las más antiguas del Cristianismo). O, por acercarlo a nuestro país, recuerda a la leyenda de San Virila, del Monasterio de Leyre, en Navarra (cuenta la historia que el abad del monasterio comenzó a meditar sobre el gozo de la eternidad, y... se le pasaron 300 años del tirón).
La historia de Rip Van Winkle es tan popular que en la cultura anglosajona se conoce con este sobrenombre a la típica persona que no se entera de nada, que no está al cabo de la calle, o -incluso- a los que duermen como un lirón.
La España de Washington Irving
Washington Irving es un romántico, en el sentido literario, y algo oscuro, de la palabra. Su prometida falleció cuando sólo tenía 17 años, y quedó profundamente afectado, hasta decidir que no se casaría nunca por respeto a Matilda Hoffmann.
Rip van Winkle se publicó conjuntamente con Sleepy Hollow, en el Libro de apuntes, que firmó con el seudónimo de Geoffrey Crayon. Sleepy Hollow pasó a la posteridad por obra de Tim Burton, pero también colaboro en su popularidad Walt Disney, que también hizo una adaptación de ese "Jinete sin cabeza", en 1949, con Bing Crosby.
Detrás de Washington Irving hay una historia fascinante que comienza en su nacimiento: se llama así por George Washington, a quienes sus padres admiraban profundamente. Algo parecido ocurrió con Cristiano Ronaldo y Ronald Reagan, ¡qué cosas!. Irving es autor de múltiples neologismos. Gotham: la famosa ciudad de Batman es cosa de Washington Irving, y como éste, otros muchos.
Acabó en España para estudiar unos documentos sobre el descubrimiento de América, que se custodiaban en el Monasterio del Escorial. Irving terminó siendo embajador de los Estados Unidos en Madrid (1842–1845). Se empapó de nuestra cultura e historia para hacer -quizá- su obra mas leída: Cuentos de la Alhambra.
Rip van Winkle, Washinton Irving, Nórdica Libros, 2015 (con ilustraciones de Noemí Villamuza y traducción de Enrique Maldonado). 80 páginas. ISBN: 978-84-16440-36-8