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El jefe de Científica ordenó retener informes de explosivos hasta las 22.00 horas del 11-M

A las 21.00 horas del 11-M la cadena SER ya acusaba a Ángel Acebes de no ofrecer datos con la suficiente celeridad. Ahora sabemos, según el testimonio de Manuel Escribano, jefe de los peritos en el caso del bórico, que el entonces Jefe de la Policía Científica, Carlos Corrales, ordenó retener los primeros informes de los explosivos supuestamente hallados en la Kangoo y en otros restos de los vagones hasta las 22.00 horas. De hecho, no se permitió a los peritos salir del laboratorio hasta esa hora.

A las 21.00 horas del 11-M la cadena SER ya acusaba a Ángel Acebes de no ofrecer datos con la suficiente celeridad. Ahora sabemos, según el testimonio de Manuel Escribano, jefe de los peritos en el caso del bórico, que el entonces Jefe de la Policía Científica, Carlos Corrales, ordenó retener los primeros informes de los explosivos supuestamente hallados en la Kangoo y en otros restos de los vagones hasta las 22.00 horas. De hecho, no se permitió a los peritos salir del laboratorio hasta esa hora.

L D (Olivia Moya) En la segunda sesión del juicio del "ácido bórico" ha declarado Manuel Escribano. Durante el duro interrogatorio al que le sometió el fiscal, el jefe de los peritos ha realizado en la sala una importante revelación sobre el 11-M, desconocida hasta el momento. En su relato de los hechos sobre lo acontecido aquellos días fatídicos, Escribano ha hecho constar un suceso que le resultó "harto sospechoso".

Y es que el mismo día 11 de marzo "Corrales (el entonces jefe de la Comisaría general de Policía Científica), a través de Ramírez y Andradas" le ordenan que los peritos permanecieran en el laboratorio "hasta las 10 de la noche" y le dicen que "no demos ninguna información" sobre el resultado de los análisis de los explosivos encontrados en la furgoneta Renault Kangoo, el polvo de extintor y la muestra patrón que les entregaron para analizar, a pesar de que ya tenían estos resultados desde hacía "tres horas". A partir de ese momento, ya se pasarían los Tedax a por ellos.

De esta manera, los resultados analíticos no pudieron ser conocidos por el entonces Gobierno de Aznar, en concreto, por el responsable del Interior, Ángel Acebes. La última rueda de prensa de Acebes, el día 11 de marzo, fue a las nueve de la noche para anunciar que se había encontrado la Kangoo y los detonadores y que había dos vías de investigación. Sin embargo, no pudo decir nada de los resultados analíticos de los explosivos analizados puesto que estaban retenidos en el laboratorio.
 
La SER, ya a las 21.00, cuestionaba la figura de Acebes
 
Ya a las nueve de la noche la SER dijo que tenía que rectificar la información. La cadena de PRISA dijo en ese momento que el explosivo no era Titadyn sino dinamita. Es más, se empezó a plantear en la emisora a esa hora el interrogante de si Acebes estaba informando con la suficiente celeridad.
 
A las diez de la noche– hora hasta la que les ordenaron a los peritos permanecer en el laboratorio, según Escribano– la SER difundió el bulo de los terroristas suicidas en los trenes. "Tres fuentes distintas de la lucha antiterrorista han confirmado a la Cadena SER que en el primer vagón del tren que explotaba antes de llegar a Atocha iba un terrorista suicida. Interior no lo confirma". Comenzaron a producirse entonces, en esta emisora, las alusiones continuadas a la guerra de Irak.
 
A las 23.37 Rubalcaba acusó veladamente al ministro de Interior, también en la SER, de haber dado información falsa y achacó a esa falsedad las condenas a ETA que el PSOE había realizado por la mañana del 11 de marzo.
 
La caja misteriosa
 
El día 12, continuó el relato Escribano, les entregan la mochila de Vallecas, para que hacieran una comparativa con los anteriores análisis. "El señor Ramírez se va a Valladolid", y los análisis arrojan un resultado coincidente. Todos los componentes coincidían con los anteriores que habían analizado, a excepción de la metenamina.
 
Más adelante acuden a Canillas Andradas y Ramírez, según Escribano, que le indican que acuda a otras dependencias policiales porque allí han encontrado una caja que debe analizar. Cuando llega le muestran una "caja de cartón vacía que ponía Goma 2 ECO" y le piden que averigüe "qué tipo de explosivos contenía esa caja". Escribano les replica que es fundamental hacer primero un análisis de huellas. Al final acceden. Cuando Manuel Escribano les pregunta dónde se ha hallado la caja, los jefes policiales le contestan que al lado "de un contenedor de basura en Pozuelo de Alarcón" y que han tenido conocimiento de su existencia a través de "una llamada anónima". 
 
"Por orden de la superioridad" le ordenan custodiar los informes periciales
 
"El 15 me estaba esperando Ramírez en su despacho" que le indica que "por orden de la superioridad custodie todos los informes periciales". A lo que Escribano se niega porque "no es mi responsabilidad". "Un jefe no puede querer un subordinado de estas características".
 
El 21 de diciembre de 2005 les cita el juez instructor, Juan del Olmo, a Alfonso Vega, Enrique Pérez y a él. Les interrogan, con la fiscal Olga Sánchez delante, sobre la metenamina puesto que no les cuadraba, y Del Olmo les insta a volver a repetir los análisis químicos para aclarar esta cuestión.
 
Corrales dio la orden de que la Kangoo se dirigiera a Canillas
 
Carlos Corrales –sólo dos eslabones por debajo,en la escala jerárquica, de Astarloa– fue el mando policial que ordenó que la Kangoo, que inicialmente iba a ir a la comisaría de Alcalá, se dirigiera a Canillas. Tal y como expone Luis del Pino en su libro 11-M. Golpe de régimen, "la figura de Carlos Corrales es una de las más misteriosas en todo lo que respecta a los acontecimientos vividos aquellos cuatro días de marzo. Ni el PP ni el PSOE quisieron llevarle a la Comisión del 11-M". Aunque finalmente la furgoneta tampoco terminó en la unidad dirigida por Corrales sino en la de Sánchez Manzano.

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