El desarrollo de la computación cuántica es un objetivo que persigue desde hace años la comunidad científica y en el que la NSA, la Unión Europea y Suiza han hecho importantes avances en la última década.
Un ordenador cuántico es mucho más rápido que uno común, tanto que es capaz de descifrar todas las formas de codificación, incluso las de más alta seguridad que se emplean para proteger secretos de Estado, transacciones financieras, e información médica y de negocios.
Según los documentos proporcionados por Edward Snowden, los trabajos de la NSA para construir un ordenador cuántico forman parte de un programa de investigación de 79,7 millones de dólares que tiene por título "Penetrando objetivos difíciles".
Los expertos consideran que la NSA no está más cerca de alcanzar el ambicioso objetivo de la computación cuántica que la comunidad científica.
Hace una década, algunos expertos aseguraban que el ordenador cuántico podría llegar en los diez o cien años siguientes, mientras que hace cinco años consideraron que para alcanzar este objetivo aún quedaban al menos diez años.
La diferencia entre la computación cuántica y la clásica es que, mientras que ésta última usa el sistema binario de unos y ceros, la primera utiliza los "bits cuánticos", que son simultáneamente ceros y unos.
Un ordenador clásico, incluso si es rápido, debe hacer un cálculo cada vez, mientras que uno cuántico puede evitar hacer cálculos que son innecesarios para resolver un problema, lo cual permite encontrar la respuesta buscada más rápido.
Los ordenadores cuánticos son extremadamente delicados, por lo que si no se protegen adecuadamente el sistema puede fallar.