La llamada Sábana Santa de Turín es una de las más valiosas reliquias de la cristiandad. Según la tradición, se trataría del sudario que envolvió el cuerpo sin vida de Cristo tras la crucifixión. Por supuesto, este resto convertido en objeto de culto religioso, no está exento de polémica, ya que varios estudios apuntaron a que su antigüedad no coincidiría con la de la época en la que se dice que vivió Jesús, sino que correspondería con la Edad Media. De hecho, se apunta a que podría tratarse de una falsificación realizada en dicho período histórico para estimular la fe.
Pero, ahora, otro nuevo estudio realizado por miembros del Instituto de Materiales de Trieste y del Instituto de Cristalografía de Bari, ha revelado que la sábana contiene restos de sangre humana. Los investigadores han detectado microscópicas muestras de creatinina (un compuesto que suele estar presente en la sangre), unidas a pequeñas partículas de hidrato de hierro, de dimensiones de entre 2 y 6 nanómetros. Para los especialistas, la unión de ambos elementos es un indicio claro de que el lienzo estuvo en contacto con el cuerpo de una persona que fue torturada.
Por supuesto, este nuevo hallazgo no confirma que la reliquia envolviese realmente el cuerpo de Cristo. Tan solo que estuvo en contacto con el de un hombre sometido a suplicio, algo que en la antiguedad era bastante habitual.
El sudario se conserva en la iglesia de San Juán Bautista de Turín y, aunque el Vaticano autorizó en 1958 el culto a esta reliquia, nunca ha reconocido oficialmente que sirviera para amortajar el cuerpo de Jesús.