Los blog especializados en climatología Watts Up With That, Climate Depot y The Hockey Schtick han recopilado una lista con todas las razones que han podido encontrar aportadas por científicos y activistas para justificar que los datos no se correspondan con las proyecciones de aumento de temperaturas que los modelos climáticos predecían para los niveles de emisiones de dióxido de carbono durante los últimos años.
Como naturalmente no todo puede ser verdad a la vez, la extensa lista debería hacer desconfiar en que el supuesto consenso sobre el cambio climático tenga los pies tan firmemente asentados sobre la ciencia como se supone que hemos de creer. Si puede haber tantas razones distintas para que la temperatura no haya aumentado en 18 años, ¿cómo es posible que en cambio la subida anterior se deba casi exclusivamente al CO2?
Aunque la lista original tiene 52 explicaciones, hemos agrupado algunas y eliminado otras para hacer una recopilación un poco más digerible.
-
La actividad solar habría sido anormalmente baja y disfraza lo que está sucediendo realmente con el clima. Sorprende que el sol no explique nada del calentamiento anterior, pero explique que ahora no haya.
-
Los océanos, en concreto el Pacífico, se han comido los deberes, digo, el calentamiento. Otros científicos dicen que fue el Atlántico. Desgraciadamente, otros científicos no han encontrado ese calor perdido en el océano.
-
El incremento en el uso del carbón por parte de los chinos ha incrementado la presencia de aerosoles y partículas en suspensión, algo que ha contrarrestado el efecto del CO2. Sin embargo, resulta que esto tendría un efecto local más que global y además otros científicos ya lo han descartado.
-
El protocolo de Montreal, que resultó en la prohibición de los CFC para proteger la capa de ozono, habría enfriado la Tierra ya que los CFC son gases con mucha capacidad para atrapar el calor. Pero si su desaparición es realmente capaz de detener el cambio climático, ¿no habría que tener en cuenta también las emisiones anteriores en la teoría del calentamiento?
-
En realidad la pausa no existe, es un problema con el registro de temperaturas en tierra, así que lo corregimos para que dé lo que queremos que dé. Al margen de los errores del estudio, se podría pensar que si está mal ahora, ¿por qué no lo iba a estar cuando daban una gran subida de temperaturas?
-
Son los volcanes, que emiten dióxido de azufre, una molécula cuya presencia en la atmósfera enfriaría la Tierra. Sin embargo, es un efecto muy pequeño, de unas centésimas de grado, insuficiente a todas luces para explicar el frenazo del calentamiento.
-
Ha sido la reducción del vapor de agua en la estratosfera.
-
Los vientos alisios en el Pacífico son ahora más fuertes y reducen la temperatura al incrementar la absorción de calor por el océano, algo que al parecer no se había incluido –como tantas otras cosas– en los modelos climáticos. Pero como hemos indicado en el punto 2, ese calor no aparece en ningún sitio, y además en 2006 se decía exactamente lo contrario: que eran más débiles por culpa del cambio climático.
-
El clima se comporta como las olas que se hacen en los estadios, sólo que en este caso son las señales climáticas las que se propagan por el hemisferio norte, provocando ciclos de una duración previsible. Según esta hipótesis, la pausa duraría hasta la década de 2030.
-
Es una increíble coincidencia. Una multitud de factores que sólo hemos tenido en cuenta después de que ocurrieran han concurrido para impedir que las temperaturas suban.
-
El aroma de los pinos, provocado por un subproducto de la fotosíntesis, es debido a unas partículas que enfriarían la atmósfera. El efecto será mayor cuanto más CO2 haya en la atmósfera, ya que este gas favorece la fotosíntesis.
-
La pausa no es más que variabilidad natural. En cuyo caso tendrás que explicar cómo es posible que el calentamiento previo no tenga nada, pero nada que ver con la variabilidad natural.
-
Los datos de temperatura son pésimos y no indican nada, así que hay que fijarse en la subida del nivel del mar. Pero cuando subían nadie decía que fueran tan malos.
-
Las noches frías en el hemisferio norte ahora son más frías todavía. No está claro cómo el CO2 produce eso: de hecho en teoría su efecto iba a notarse más por las noches y en invierno.
-
Si descartamos la mayoría de los modelos y cogemos sólo los que dan resultados que se ajustan a la pausa, en realidad los modelos en general han acertado. Sólo que en el mismo estudio reconocen que esos modelos buenos han acertado por casualidad y sólo podrán hacerlo por un periodo limitado. Además, tampoco parece que hayan simulado el periodo de calentamiento inmediatamente anterior correctamente.
-
Estamos en la fase negativa de la Oscilación Interdecadal del Pacífico (IPO), que es la que provoca que no suban las temperaturas. Ahora, la fase positiva de esa oscilación antes parecía no tener ningún papel antes: todo era por el CO2. Para otros los responsables son los ciclos naturales de la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO) y la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO). Y para otros la PDO y la Oscilación del Atlántico Norte (NAO).
-
Es una consecuencia de la circulación termohalina, otra oscilación cíclica que se produce en el océano, en este caso en el Atlántico norte.
-
La luz que recibimos del Sol ha descendido en los últimos años. Pero claro, también subía cuando aumentaban las temperaturas. Quizá es que ese fenómeno se correlaciona mejor con las temperaturas que el CO2.
-
Fijarse demasiado en la pausa es un discurso mediático "descontextualizado y ahistórico" que provoca un descenso documentado en la comprensión científica de los estadounidenses, es decir, que los muy sinvergüenzas se creen menos lo del calentamiento porque no hay.
-
En lugar de emplear las líneas anuales de temperatura que hemos usado siempre vamos a emplear la media de cada década para que así esconder que en esta década se ha parado la cosa. Lo hizo el IPCC, nada menos. Pero claro, haciendo eso depende de en qué año comiencen las décadas nos dará unos gráficos muy distintos. Una chapuza, vamos.
-
Hay menos Niños desde 1999. Como la oscilación oceánica conocida como El Niño es un fenómeno cíclico pero irregular y produce calentamiento, el que haya menos debería reducir el calor. Sin embargo, quizá esto sea lo normal, y lo raro es que hubiera tantos en las décadas anteriores.
-
La temperatura de los últimos años en realidad se corresponde más o menos con las predicciones de los modelos, decía el informe del IPCC mientras sus gráficas decían lo contrario.
-
Las fluctuaciones que no duran mucho "no son científicamente relevantes". Entonces el calentamiento entre 1980 y 1998 tampoco debería serlo y fíjense lo que hemos armado.
-
Hay diferentes tipos de Niño que afectan de forma distinta a las temperaturas globales y los de estos años han sido del tipo equivocado.
-
El clima es menos sensible al CO2 de lo que pensábamos antes, lo cual es lo mismo que decir que la teoría alarmista está equivocada. Por cierto, a los científicos que hacían esta afirmación les obligaron a eliminarla de su estudio para aceptarlo para su publicación.
-
El Niño es el principal responsable de las tendencias con duración de décadas en la temperatura global, aunque no sabemos hasta qué punto esas tendencias son debidas a causas internas o externas.
-
El calentamiento del Atlántico está provocando el enfriamiento del Pacífico y eso hace que en términos globales no suban las temperaturas.
-
"Los expertos simplemente no saben" el papel de las partículas en suspensión en el calentamiento global, y "la mala suerte es una de las razones", porque un satélite de la NASA que iba a medirlas no logró colocarse en órbita.
-
Los modelos climáticos del IPCC son demasiado complejos, así que basta con simplificarlos e incorporar los cambios ya conocidos en la variabilidad natural.
-
Los ciclos solares son la principal causa de los periodos de calentamiento y enfriamiento. En concreto, según algunos, podrían hacerlo a través de su influencia en las oscilaciones oceánicas.
-
En realidad, mirados retrospectivamente, los modelos ya explican la pausa. Debe ser que olvidaron comunicarlo en tiempo y forma y todos esos titulares eran mentira.
-
En cuanto el sol, el tiempo y los volcanes –todos ellos factores naturales– lo permitan, el mundo volverá a calentarse.
-
Es un efecto rebote retrasado de las emisiones de partículas de la erupción de 1991 del Pinatubo, así como de un prolongado mínimo solar.
-
La pausa está en el límite de ser "estadísticamente significativa" y no es importante en términos del discurso público sobre el cambio climático.
-
Tiene que ser por la variabilidad interna, porque los aerosoles emitidos por el hombre en realidad han calentado y no enfriado el clima como se pensaba hasta ahora, y que era la forma de explicar el enfriamiento entre los años 50 y 70.
-
En realidad no tenemos una teoría que se ajuste a todos los datos. Explícaselo a los del consenso a ver qué dicen.
-
No tenemos suficientes datos de ciclos climáticos naturales que duren 60-70 años como para determinar si la pausa es debida a ellos.
-
Los datos que tenemos sobre el mundo real son inadecuados para responder a las preguntas que nos hacemos, pero si llegamos a esa conclusión tras años de estudio no publicamos ni nos renuevan la financiación, así que ignoramos esos defectos y publicamos igualmente y conseguimos titulares para el New York Times, aunque años después veamos con mejores datos que nuestras conclusiones estaban mal.
-
Si nuestros modelos pudieran viajar hacia atrás en el pasado podríamos haber predicho la pausa en los años 90. Sí, en serio.
-
Es una combinación de una fase natural de enfriamiento y un freno a la tendencia al calentamiento, pero las causas de esta última no las sabemos.
No es que todas estas posibles causas sean falsas, pero desde luego no todas pueden ser ciertas a la vez. Eso significa, por sí solo, que hay muchas cosas en el clima que aún no entendemos bien y, como los escépticos llevan diciendo desde hace años, hace falta mucha investigación aún para descubrir el papel real del dióxido de carbono en los cambios en la temperatura global y, en general, para que podamos decir que entendemos cómo funciona el clima.