En 1995 un grupo de científicos observó en el fondo de las aguas de la isla Amami-Oshima del Japón subtropical una elaborada greca circular como la de la imagen. Desde entonces los buceadores recreativos de vez en cuando comentaban haber visto estas estructuras que apodaron como los "círculos misteriosos". Algunos llegaron a compararlos con los famosos círculos de las cosechas que durante un par de décadas se pensaron obra de extraterrestres hasta que un par de granjeros reconocieron estar tomando el pelo a medio mundo.
Dieciocho años después los científicos japoneses han averiguado quién es el artífice de las esculturas de arena submarinas. El artista es un macho de pez globo y su construcción es un nido. En el centro las hembras pondrán los huevos para que él los fertilice, explica América Valenzuela en su blog Cóctel de Ciencias.
El nido mide casi 2 metros de diámetro y el perímetro está hecho de valles y crestas que facilitan el flujo de corrientes en una determinada dirección. El pez globo mide tan solo 12 centímetros y le pone mucha pasión a la construcción dando forma a las cerca de 30 ondulaciones con su pecho y aletas durante una semana. No es para menos, las hembras lo evaluarán en función de lo bien construido que esté el nido y la calidad de la arena fina que haya en la parte central. Tras la puesta cuidará los huevos durante seis días.