El rápido aumento del número de medusas en el Mediterráneo y el Mar Negro puede ser una de las causas del descenso en las poblaciones de peces observado en estos ecosistemas marinos, afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En un informe divulgado este jueves en Roma, la Comisión General de Pesca para el Mediterráneo, entidad que pertenece a la FAO, advierte de que las medusas "podrían ser la gota que colma el vaso" en el que puede convertirse en un "círculo vicioso" perjudicial para la fauna de estos dos mares.
El texto, titulado "Estudio de la proliferación de medusas en el Mediterráneo y el mar Negro", indica que algunos expertos hablan ya de "un cambio de régimen global, de un océano de peces a otro de medusas", según recoge el informe. La FAO apunta como medidas para prevenir la proliferación de medusas la creación de sistemas de alerta temprana, con barreras de protección para las granjas acuícolas, la reducción de la sobrepesca y de las emisiones de gases de efecto invernadero, incorporar a estos celentéreos a la investigación pesquera y... comérselas. En otras palabras, si no puedes combatirlas cómetelas.
Algunas especies de medusas son una fuente de alimentación en algunos países, como China, y el desarrollo en estos países de sistemas de conservación y preparación de estos animales para venderlos puede ser una inteligente estrategia, con la adaptación de flotas pesqueras y la red comercial que se desarrollaría tras esta práctica, para sacar beneficio de las plagas de medusa que se suelen producir, señala el informe. Las especies de medusa son muy variadas y algunas de ellas contienen elementos químicos que pueden servir para fabricar medicinas y productos biotecnológicos y pueden contener sustancias que combatir el envejecimiento, añade.
Esta recomendación llega tras su polémica propuesta de comer insectos como una solución a combatir el hambre del mundo.