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Katy Mikhailova

Barbie barbuda y la coleta de Ken

Tania Sánchez no podía jugar con Barbies. Si lo hubiera hecho, igual otro gallo hubiera cantado.

Tania Sánchez no podía jugar con Barbies. Si lo hubiera hecho, igual otro gallo hubiera cantado.
Tania Sánchez | Archivo

La dura infancia de Tania Sánchez, en la que no le dejaba su padre jugar con las Barbies, corrobora mi teoría del socialismo y su adoctrinamiento de los más jóvenes. Y es que hace algunos meses escribía Una Barbie pro vida, ¿por qué no?, detallando cómo en mi infancia y principio de mi adolescencia en mi clase estaba mal visto que a una niña de 12 años le regalaran Barbies. Pero no solo esta muñeca, sino también llevar tonos pastel, especialmente el rosa, y portar lazos, flores y demás accesorios decorativos. Era algo bastante curioso, porque mi infancia la viví rodeada de niños bien que provenían de adosados de Pozuelo, Majadahonda y Las Rozas. Y es que ir arreglada a clase era ser "repipi", "cursi" y "ñoña", mientras que llevar zapatillas deportivas todos los días era visto con normalidad y nadie te decía nada si tenías el pelo sucio.

Todos salimos de nuestra infancia siendo condicionados por ésta. Y es que, a lo mejor, de haber jugado Tania con la muñeca más bella, que ha marcado ya unas cuantas generaciones, otro gallo cantaría. Quizá entendería que la mujer es mujer, y el hombre es hombre. Y sin entrar en etiquetas de machismo o feminismo… aunque hay a quien le gusta lo primero. Y es que el otro día una conocida me confesaba que, para ella, que la llamaran "machista" era hasta un piropo, cuando una no es feminista -lean también ¡Jodido feminismo!-. Personalmente no creo que haya que irse a los extremos, sino que encontrar un equilibro en el que prime la igualdad pero se respete la naturaleza.

Sin embargo, un hecho curioso es que la compañera sentimental de Pablo Iglesias no renuncia al maquillaje cuando va a Telecinco. De hecho, yo no sé si ustedes se han fijado en que cada día Tania se "está poniendo más guapa". Entiéndanme, no me refiero a que, en unos pocos meses, lo que la naturaleza no hizo en décadas fuera a cambiar de un día para otro, sino que es como si la comunista se diera cuenta de que hay que gustarle a la cámara y seducir al espectador. A veces, hasta está irreconocible.

En fin. Lo que quiero decir es que las muñecas forman parte de la infancia de una mujer, marcando la visión de la estética de la misma. La ética ya se la cargan los padres y algunos profesores de la Complu. Y es que eso de que la ética precede a una estética y viceversa, y el eterno debate de si es antes el huevo a la gallina, explica que toda imagen viene acompañada de una ideología que los Podemistas aplican muy bien. Del discurso de Tanita no se sabe bien su porqué: si por generar polémica, dar pena o llamar fachas y/o machistas a todos aquellos que han jugado con una Barbie. Alguien tuvo que ser el autor de esa estúpida frase, a veces expresada con broma, de que las rubias o son tontas o son malas. Aunque con Tania parece que va a pelo. Lo que está claro es que una mujer guapa y de "medidas perfectas" parece formar parte del pasado, siendo algo casposo, y que lo que viene son Kens con coletas y camisetas sucias o Barbies barbudas.

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