Las puertas interiores son la abertura hacia nuestro hábitat propio en cada estancia y, a su vez, nuestra barrera de intimidad. Por ello, su elección es un paso importante en el que debemos tener en cuenta una serie de condiciones indispensables, ya que además no es un elemento fácil de reemplazar ni mucho menos económico.
Es necesario tomar algunas consideraciones previas que no nos compliquen el proceso. Por eso, hay que asegurarse de que las estructuras que nos muestran y nos dan son las que solicitamos, de forma que coincidan tanto en el tipo de armazón como en el material utilizado.
Antes de comprar....
Las puertas deben de tener un grosor mínimo (de unos 3.5 cm aproximadamente), mientras que hay que valorar que las molduras biseladas y molduradas directamente sobre la puerta son de mayor calidad que las pegadas sobre una puerta lisa.
Del mismo modo, debemos de asegurarnos de su robustez, como por ejemplo con unas jambas - esas piezas laterales de las puertas - anchas y macizas. Por su parte, hay que garantizar que cierre bien, por lo que éste debe ser seco pero suave.
Elegir el esqueleto
El armazón de las puertas es el pilar base que estructura el conjunto de piezas que la componen. La elección variará, sobre todo, en función del presupuesto del que dispongamos, puesto que no es lo mismo el coste de una puerta maciza que la de una de tablero... pero las prestaciones tampoco son iguales. Es cierto que las primeras son más caras, pero también pueden durar toda la vida si se mantienen en buenas condiciones. En cambio, cuentan con el inconveniente de su gran peso y la dilatación con cambios de temperatura.
Las de tablero, sin embargo, son mucho más ligeras y económicas, pero el problema es que su estructura hueca a base de cartón o finas láminas de madera corre el peligro de que un fuerte golpe las resquebraje. En un punto intermedio, encontramos las puertas chapadas, o también conocidas como puertas macizas de aglomerado, dado que el marco y la armadura interna son compactos mientras que los cuarterones de aglomerado son chapados con madera de más calidad. Estas añaden entre sus ventajas que puedan ser pintadas, lacadas, teñidas o barnizadas, con un precio intermedio y con buenos resultados.
In & Out: sistemas de apertura
Si lo que queremos es primar el aislamiento las puertas abatibles son nuestra mejor opción. Éstas pueden ser de una o dos hojas y cuentan con una amplia variedad: lisas, con molduras o con cuarterones de cristal. Las primeras son las más económicas dado que son las más sencillas, pero eso no tiene que significar sosas porque puedes personalizarlas pintándolas o decorándolas con molduras. Éstas también pueden ir incorporadas en la propia puerta y labradas, aunque su precio entonces se encarecerá un poco.
En el lado opuesto encontramos las más caras de las abatibles, aquellas que llevan cuarterones de cristal. A pesar de su mayor precio, son perfectas para aportar mayor luminosidad y sensación de ligereza a las estancias pequeñas.
En cambio, si lo que queremos es ahorrar espacio, las puertas correderas o las plegables nos facilitarán la tarea. Estas últimas, basadas en un sencillo sistema de bisagras y rieles que las recogen como un acordeón, para solucionar los problemas de espacio donde no caben ni abatibles ni correderas.
Por su parte, las correderas, aunque nos solucionan los obstáculos del fondo, necesitamos cierta distancia de anchura para poder colocarlas, tanto si son vistas y se ven las guías, como si son empotradas o con premarco y las guías son internas.