La encíclica Laudato si', en la que el Papa Francisco afronta el problema del cambio climático y la sostenibilidad del desarrollo, no ha dejado indiferente a nadie (incluyendo, por supuesto, a los que opinan sin haber leído ni papa).
Nuestros poetas, grandes latinistas –y no nos referimos a su debilidad por la cumbia y los mojitos–, la han estudiado en profundidad y han sabido glosarla en tetradecasílabos, medievales que aquí sometemos a su docta opinión:
CUÁNTA RAZÓN TIENE
por Monsieur de Sans-Foy
Dize el Papa Francisco, que es un home cabal,
que emporcar el Planeta es assaz criminal.
Despojar la Natura de su ser natural
es ofensa muy grave, non peccado venial.
Dize cosas severas, e nos da en los hoçicos
con aquesta manía de vivir como ricos:
Si los homes queremos nos poner como quicos,
entre todos, la Tierra, la faremos añicos.
Es tu caso, Josepho. ¡Non te fagas el loco!
¿Para qué ese cochazo, que, si non me equivoco,
mientras vas de guaperas e tirándote el moco,
va a llevarte a la ruyna... porque non gasta poco?
¿A qué viene esa pompa, quando somos de polvo?
Si Bergoglio se entera que conduces un Volvo...
el obispo de Roma te echará un rapapolvo.
¡Si se entera... non cuentes con el ego te absolvo!
NUEVOS MANDAMIENTOS DEL SANTO PADRE FRANÇISCO
Por Fray Josepho
Diez mandamientos eran, segund dixo Moisés.
Non es fáçil cumplillos pora el buen feligrés.
Mas el Papa Françisco, por el nueso interés,
poner ha algunos nuevos, tres millennios dispués.
El onçeno, façer muy buen reçiclamiento:
aqueste será agora forçoso mandamiento.
Non gozar ha de Gloria nin habrá salvamiento
quien arroxe los vidrios al cubo basuriento.
El doçeno, aprender a andar en biçicleta;
el treçeno, comer verdurillas de dieta;
el catorçe, plorar por el pobre planeta;
el quinçeno, bañarse total mientre en porreta.
Y el seçeno, por último, que es mandar al caraxo
los combustibles fósiles, con grande desparpaxo.
(Sanfuá, saber debedes que yo en mi Volvo viaxo
commo los Picapiedra, con los pies por debaxo).