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Las mejores escenas de Alfredo Landa

Aunque sea imposible recopilar todas las escenas maravillosas que ha rodado el "eminente actor", les ofrecemos una pequeña selección.

Alfredo Lanza dio comienzo a su carrera cinematográfica con la comedia Atraco a las tres (1962), de Jose María Forqué, una de esas películas en la que parecen estar todos los grandes de la comedia española de la época y que narra cómo los empleados de un banco planean el atraco de su propia sucursal.

Pero lo que marcaría la carrera del actor serían las "películas de suecas", comedias de destape en las que el actor encarnaba al español que sueña con ligarse a las extranjeras que empezaban a llegar a las playas españolas. Tanto es así que tendría el honor de ser el único actor en dar nombre a un género: el landismo. No hay mejor resumen de qué es que el ofrecido al comienzo de Manolo la Nuit (1973), dirigida por el incombustible Mariano Ozores:

Una de las películas más exitosas de esta época fue Vente a Alemania, Pepe (1971), de Pedro Lazaga, que narraba las desventuras de un joven emigrante al país germano, donde la vida no es tan buena como creía por lo que le contaba un amigo de su pueblo, encarnado por José Sacristán, también habitual en los filmes del landismo:

Aunque fue El Puente la primera película en la que Landa comenzó a hacer papeles más dramáticos, el público no llegaría a verlo fuera del landismo hasta el estreno de El Crack (1981), un film de cine negro en el que encarnaba a un detective privado. Temía Landa que, como le sucediera antes a José Luis López Vázquez en Peppermint Frappé, el público se riera nada más verlo. Pero la escena pensada por Garci, y su frase inicial, "Dame el mechero o te quemo los huevos", lograron que nadie recordara sus papeles habituales:

El reconocimiento le llegaría poco después, con el premio otorgado por el Festival de Cannes en 1984 a su actuación y la de Paco Rabal en Los Santos Inocentes, la extraordinaria adaptación de Mario Camus de la novela de Miguel Delibes en la que conseguía sobresalir pese a disponer de un papel a priori menos lucido que el de su compañero:

En España el reconocimiento le vendría por dos películas de José Luis Cuerda que le reportaron sendos Goya: El bosque animado (1987) y La marrana (1992). Aunque en la segunda disfrutaría de mayor protagonismo, sin duda la escena más recordada de ambas actuaciones es el intento de atraco del bandido Fendetestas al personaje encarnado por Manuel Alexandre, gran ejemplo de humor absurdo:

En las últimas dos décadas fue espaciando cada vez más sus actuaciones, siendo especialmente raras aquellas que no pertenecían a una película de su amigo José Luis Garci. Así, para los más jóvenes quizá su actuación más recordada es la de la serie Lleno por favor, emitida entre 1993 y 1994, en la que encarnaba al dueño de una gasolinera que sólo creía, en una frase que se ha hecho mítica, "en Dios, en Franco y en don Santiago Bernabéu":

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