Las declaraciones de Isabel Pantoja se pueden contar con los dedos de una mano. Por eso, lo que ha ocurrido a la salida del hospital donde descansa Irene Rosales tras el parto de Carlota, la nueva nieta de la tonadillera, tienen todavía más valor. Pantoja se ha abierto en canal a los periodistas, ha manifestado su amor por la familia pero también su tremendo dolor por todo lo que sucede a su alrededor.
"La actualidad está arriba, mi nieta que tiene 24 horas. A mis hijos los adoro, pase lo que pase", ha dicho Pantoja, temiendo las preguntas de los reporteros en medio de la tempestuosa actualidad generada por sus hijos... especialmente Chabelita, a quien el propio Kiko Rivera ha vetado su presencia en el hospital.
Isabel empezó queriendo quitar hierro a todo, y con amargura señala que en todo caso tendría "40 años de barbaridades" que denunciar. Tremendamente dolida, emplaza a preguntar a Cynthia Ruiz, su abogada, lo que a su vez confirmaría las noticias de futuras acciones judiciales –en especial contra el ex de Chabelita, Alejandro Albalá–.
Contra Alejandro, pero no contra Chabelita, que llegó a asegurar que sentía "pena" por su madre. Al menos, eso se deduce de su: "A mis hijos los amo, desde que nacieron y hasta el día que me vaya de este mundo, pase lo que pase. Con todo mi cariño y toda mi sonrisa. Le pese a quien le pese".
No puede evitar, eso sí, manifestar su amargura por el tristemente célebre Deluxe que se marcó su hija, y que comenzó este último y trascendental episodio de crisis familiar. "Yo estaba en Canarias cantando", explica, quitando hierro pero a la vez manifestando ser totalmente consciente de lo ocurrido. "Yo la amo, y lo que tenga que arreglar con mi hija o ella conmigo, no en televisión (...) Es muy joven, y poco a poco se dará cuenta que las cosas no son como la juventud piensa".
Preguntada por su relación con Alberto Isla, actual pareja de Chabelita y padre de su hijo, Pantoja no puede ocultar su amargura. "Quiero lo mejor para mi niña, si ella es feliz, es el padre de su hijo". Y, eso sí, no contesta sobre si le prohibió la entrada en Cantora: "Yo no he hablado con este señor nunca, pero eso no es así... de esa forma".
Tiene las mejores palabras para su madre, de las que se deduce que doña Ana también debe estar sufriendo mucho por esta tensión familiar. "Mi madre, doña Ana, pese a quien le pese es la persona más íntegra que existe. Adoro a mi madre, vale, quiero respeto", entre lágrimas".
Evidentemente enfadada, pero también con voluntad conciliadora, Pantoja se quita las gafas para contestar las preguntas de los reporteros, en especial una: la que hace referencia a su relación con la prensa. "El cambio lo tenéis que dar vosotros, yo jamás os he ofendido. A mí sí me han ofendido mucho. Cuando se habla de una persona se tiene que tener por lo menos algo de verdad de esa persona, contrastar. Si no es con ella, sí con alguien que sabes que te dice la verdad".
Y aquí extiende su crítica a su sobrina Anabel Pantoja, una de las responsables de llevar el conflicto de los Pantoja a la actualidad televisiva. "Me gustaría que Anabel viviera de otra cosa. Sálvame no es su sitio, ella no tiene que defender nada. A mí me duele mi sobrina, porque la adoro", dijo.