Una semana después de la polémica entrevista de Ágatha en Diez Minutos, Cruz Sánchez de Lara ha decidido celebrar su primer año de amor con Pedro J. Ramírez concediendo una entrevista exclusiva a Vanity Fair. De lo más sincera, la abogada habla sin ningún tipo de tapujos del hombre que se esconde detrás del director de El Español; además, desvela detalles desconocidos de su vida en pareja y de su boda.
"He dejado de tener ese patrimonio tan maravilloso que es el anonimato y he hecho esa renuncia por el amor que siento por él. Eso lo compensa todo", afirma Cruz Sánchez. Su salto a la fama se produjo el 29 de octubre de 2016, cuando el periodista colgó una fotografía en Twitter confirmando su relación tras su divorcio de Ágatha Ruiz de la Prada.
"Yo me enteré después de que sucediera todo. Cuando él tiene algo claro y toma una determinación, nadie puede torcer su criterio", explica la esposa de Pedro J.
Su vida en estos 365 días ha cambiado muchísimo, tanto que ella misma no se cree que ahora esté casada: "No hemos podido evitar que la boda se convierta en un espectáculo o que otras personas hablaran de ello, pero lo intentamos. Todavía estoy procesando que tengo marido. Resulta paradójico: llevo toda la vida escuchando que soy una abogada que divorcio bien, y ahora se me conoce por mi matrimonio".
Aún así, Cruz ve esta nueva etapa como la más feliz de su vida: "Cuando se cierra la puerta de casa, el espectáculo queda fuera y dentro surge una especie de oasis de paz y amor. Es un espacio de convivencia y serenidad: sin ruidos, sin televisión. Pedro se está divirtiendo mucho con la vida normal que llevamos". Un remanso de paz que le enamoró: "Yo me enamoré de Pedro. La 'jota' me ha costado un poco más encajarla. Lo primero que me hizo mirarlo de otra manera fue su imperturbabilidad. Si su ataraxia se vendiera en botella, competiría con la Coca-Cola, fue lo primero que me gustó de él. Tiene un lema de Séneca que le gusta decir en latín: 'Adversarum impetus rerum, viri fortis non vertit animum'. [El ímpetu del adversario no conmueve el ánimo del hombre fuerte]. Si los que se creen sus enemigos supieran lo poco que le importa lo que digan...".
En cuanto a cómo fue su boda, la abogada afirma que fue muy especial y emotiva: "Nos dijimos lo que queríamos para el resto de nuestras vidas. Nos regalamos palabras fabulosas. No hubo fiesta, ni regalos, ni invitados, ni anillos, ni vestido blanco, pero fue la boda más emocionante y bonita que hubiera podido tener".