Cuatro decenios se acaban de cumplir esta misma semana de una de las bodas que en aquella segunda mitad de la década de los 70 produjo más expectación en España, como reflejaron las revistas del corazón en sus páginas. Sabemos que "¡Hola!" pagó un millón de pesetas de pesetas, algo inusual en la prensa nacional. La primera gran exclusiva que se puede datar en ese sentido. Y que negoció directamente el novio, conocedor a fondo de cómo podían tramitarse esas cuestiones. Era Jimmy Giménez-Arnau, no tan conocido entonces para el gran público como en la actualidad, cuando es frecuente tertuliano de programas rosas en televisión. Sí que era un personaje de la vida social madrileña, nada amigo de protocolos y por el contrario tipo sobradamente fichado entre la progresía y la bohemia, amén de que su curriculum literario lo acreditaba como excelente escritor, de notable prosa poética y fértil imaginación novelesca, y por otra parte habitual colaborador en diferentes semanarios, algunos de humor. Y la novia de aquella deslumbrante boda resultaba ser la tercera nieta del General Francisco Franco, su preferida, a la que el entonces Jefe del Estado llamaba "la ferrolana", él sabría por qué; acaso por su talante decidido, más revoltosa que el resto de sus hermanos: María del Mar Martínez-Bordiú Franco a la que llamaremos en adelante Merry, que es como familiarmente se la trataba. Lo mismo que a Jimmy lo citaremos así, porque sería un tanto fuera de lugar hacerlo con su larguísimo apelativo: Joaquín José Víctor Bernardo Arnau Puente.
Fue el 3 de agosto de 1977 cuando tuvo lugar el enlace de Jimmy y Merry en la capilla del Palacio de Meirás, lugar de veraneo durante treinta y seis años de la familia Franco. Las crónicas de la boda nos cuentan que fue una ceremonia íntima. Sin embargo, ese término nos parece algo relativo, al comprobar que realmente asistieron alrededor de ciento cincuenta invitados. Los padrinos fueron la madre de la novia, doña Carmen Franco Polo, Duquesa de Franco, y el padre del novio, don José Antonio Giménez-Arnaú, brillante escritor y diplomático, de firme filiación política franquista. En lugar preferente se encontraban, entre otras personalidades, doña Carmen Polo, viuda de Franco, Señora de Meirás, y los Duques de Cádiz, además de los hermanos de Merry y otros familiares. No hubo personajes de la farándula ni nada parecido, salvo si hacemos una mera excepción con Ana Obregón, por otra parte aún no lanzada al estrellato de las televisiones y revistas. En síntesis, eso es lo que publicaron los colegas de ¡Hola! con abundante texto y un despliegue fotográfico espectacular.
Pasarían cuatro años cuando, ya con aquel matrimonio roto, nos enteramos por el propio Jimmy de aspectos y chismes que no habían sido del dominio público. Él, quedó "flipado" cuando llegó al Pazo de Meirás, con sus tres torres, un fabuloso edificio situado en el término coruñés de Sada, que hacía muchos años había pertenecido a la Condesa de Pardo Bazán, oronda escritora que dejó a su marido sin importarle un pito para amancebarse en Madrid con don Benito Pérez Galdós, alias "El garbancero". Jimmy confesaría sentirse muy halagado al recibir el cariñoso saludo de la Señora de Meirás, quien le dijo: "Me gustas porque eres bajito, como Paco, mi difunto esposo". Asimismo comentaba Jimmy los estirados que le parecían el Marqués de Villaverde, su hijo Francis y el Duque de Cádiz. Curioso nos resulta recordar cómo el divertido novio llamaba "sainete" a la ceremonia nupcial. Y añadía que en el momento de dar el sí ritual a la pregunta del oficiante escuchó una sonora carcajada: de su tío, el escritor José Vicente Puente (biógrafo por cierto de "Manolete", al que llamó Arcángel), diciéndole al ministro Manuel Fraga: "¡Ya la hemos jo…! ¡Ya no hay nada que hacer!". Durante el convite se le acercó a Jimmy doña Pilar Franco, hermana del Caudillo, fallecido dos años atrás: "¡Hombre, ya tengo un nuevo sobrino!". A lo que replicó el novio: "¡De sobrino nada… Sobrina lo seguirá siendo de usted mi mujer tan solo!" Apareció la Señora de Meirás nuevamente para animar a los recién casados: "¡Tenéis que comer mucho y estar fuertes… para lo que os espera!". Y don Alfonso de Borbón, Duque de Cádiz, que ya era oficialmente su cuñado, pasándole a Jimmy el brazo por el hombro, con su pausado modo de hablar, cursi y enfático, le dijo: "Ya puedes a partir de ahora tutearme, y no usar tratamiento alguno". Y nuevamente el novio, usando su vitriólico humor, le respondió: "No, Señor, yo siempre le trataré de Señor". "¿Por qué?", insistió el Duque. Quien escuchó impávido: "Porque mi padre no me deja tutear al Señor".
Fue un día enloquecido aquel de la boda hace cuarenta años de Jimmy Giménez Arnau. Su flamante esposa, Merry, aunque compartía muchas de las ocurrencias fuera de tono de Jimmy y era tan inquieta y bohemia como él, estuvo más comedida durante la boda, más fiel al protocolo, a los saludos de cuantos la felicitaban. Estaba muy bonita, con un modelo nupcial copiado de un original de Yves Saint-Laurent. Se habían enamorado tan sólo un año antes de la boda, tras saludarse en la exposición de un pintor italiano. Ella se dedicaba a la restauración de obras de arte y él estaba impaciente ante la aparición de su novela "Las islas transparentes", finalista del premio Nadal.
La pareja tuvo una hija, Leticia, nacida el 25 de enero de 1979. Jimmy y Merry acabaron por decirse adiós. Lograron que el Tribunal de la Rota declarase nulo su matrimonio en 1982, cinco años más tarde de la rutilante boda. Según contaba él apenas se llevó nada consigo de la vivienda que compartía con su mujer. Tan sólo fue al banco para extraer treinta y seis mil pesetas de la sucursal donde disponía de una cuenta en el término de Torrelodones, no muy lejos de la Casa del Pico que les había regalado la Señora de Meirás. Merry rehízo su vida al lado de un norteamericano llamado Greg Tamler, de quien acabó asimismo separándose unos años más tarde.
Durante bastante tiempo Jimmy hizo todo lo posible por reunirse con su hija, quien vivía con su madre y la nueva pareja de ésta. Lo que le era muy difícil. Tampoco podía comunicarse fácilmente con Leticia, quien contrajo matrimonio en 2008 con el salvadoreño Marcos Sagrera Palomo, en ceremonia también celebrada como la de sus padres en el Pazo de Meirás. Perdimos la pista de Merry, quien volvió a radicarse en Madrid. En cuanto a Jimmy Giménez Arnau, de nuevo soltero, tuvo otra pareja, la modelo María Teresa Fernández Peral, a la que dejó para casarse civilmente el 1 de abril de 2013 con Sandra Salgado González, a la que conoció trabajando en uno de los canales de televisión en donde él es un frecuente contertulio, por lo común siempre tratando asuntos y chismes de personajes de las revistas del corazón.