Kiko Hernández aprovechó el día del padre para asistir a la segunda edición de Sábado Deluxe y celebrar su nueva faceta de padre de sus dos hijas, Jimena y Abril. Pese a su felicidad, el colaborador no ocultó el drama vivido en estos meses: el pasado 19 de enero, todo se tornó en autentica pesadilla tras adelantarse el parto tres meses y pillarle de imprevisto en España, tal y como desveló en su esperado regreso televisivo.
El colaborador volvió a Telecinco para dar todos los detalles de su calvario, reencontrarse con sus compañeros y presumir de las pequeñas. Según ha confesado Kiko, sus hijas se adelantaron tres meses a la fecha prevista de parto, lo que no le permitió estar en el momento del parto y le obligó a modificar toda su agenda.
"Las niñas nacieron prematuras porque Jimena comenzó a desprender la placenta. Mi gestante acudió al hospital porque sentía un dolor inusual. Le dijeron que si no nacían en una hora, las tres podrían morir", relató Kiko, que confesó que no estar en el momento del nacimiento le supuso un dolor tremendo.
Pero según ha narrado ante la emoción de sus compañeros, el sufrimiento llegó con el nacimiento de las pequeñas: "Las niñas no pesaban ni un kilo cada una. Cabían en la palma de mi mano. Cuando las vi llenas de cables me puse a llorar". Dijo también que estuvo apunto de perder a una: "Jimena nació con parada cardiorrespiratoria. Me preparé para lo peor. Pensé que la iba a perder. Me lo pintaron muy, muy mal. Jimena luchó como una campeona. Todos los días cogía su mano y le hablaba".
Un autentico calvario, pero con final feliz, ya que después de dos meses las hijas de Kiko Hernández se encuentran en España y cargadas de salud, lo que ha permitido que el colaborador vuelva a la televisión.
Kiko quiso agradecer el apoyo recibido a su madre y mandar un mensaje al Gobierno: "Si no llego a ir con mi madre me habría vuelto loco allí solo, porque ha sido mucho sufrimiento. Es una vergüenza que alguien que quiera ser padre tenga que pasar por lo que yo he pasado y que el Gobierno se tape los ojos. Mi caso se complicó y lo he pasado muy mal a 11 mil kilómetros de mi casa y solo. Si hubiera tenido a mis seres queridos cerca, si lo hubiera podido hacer aquí, todo habría sido más fácil. Me habrían evitado mucho sufrimiento", afirmó de manera contundente.
La visita de Kiko estuvo cargada de emoción. Ni Jorge Javier pudo contener las lágrimas tras escuchar el testimonio de su compañero, al igual que Mila, Belén o María Patiño. Pero que nadie piense que Kiko ha cambiado, ya que aprovechó su regreso para cargar contra su compañera Lydia Lozano: "Mucho decir que me quiere pero no me ha llamado ni una sola vez. Sólo me mandó dos mensajes, uno cuando me fui y otro cuando volví".