Lecturas consigue en exclusiva una de las entrevistas más duras de los últimos años. Antonio David Flores rompe su silencio después de años de guerra encubierta contra Rocío Carrasco y, aunque parece que se calla mucho y que se contiene para no ser aún más cruel, concede su entrevista "más amarga".
Para él, la única culpable de que Rociíto no tenga relación con su propia familia es de ella misma porque no se ha preocupado por nadie. Desvela que lleva cuatro años sin peguntar por su hija, ni por medio de los abogados. "Igual no tiene instinto maternal". Está convencido de que se mueve por el interés, arremete contra su forma de vida y del poco cariño que le da a sus hijos.
La entrevista está repleta de palabras hirientes como que es "una interesada", mala persona o que tiene "alguna inestabilidad". Niega que él haya puesto en contra de nadie a sus hijos y aclara que su hija Rocío quiso irse a vivir con él desde los 12 años y que el niño lo lleva pidiendo desde los 15. También confiesa que "ha sufrido muchísimo por el desprecio que Rocío ha hecho públicamente a sus hijos".
No tiene problemas en decir que "con él no ha sido buena persona, ni lo será nunca", porque cree que le tiene "un odio enfermizo". Según Flores, Rociíto ha intentado "destruirle la vida" siempre, pero "consiguió salir a flote". A la pregunta de qué siente por ella dice que "solo siente pena" y, sin pelos en la lengua, asegura que "a Rocío Carrasco le dolió más que la prensa publicara que no se hablaba con su hija y la gente lo supiera, que el hecho en sí de perder una hija".
También le dedica unas sospechosas palabras al clan Campos. "No quiero contestar a nada de las Campos porque me puede repercutir en algo negativo", empieza diciendo, y aclara que no lo hace porque "no quiere perder su trabajo". Eso sí, acaba con este tema advirtiendo que "si algún día las Campos entran de una manera firme a hablar de mí, pues igual ya tomo la decisión de hablar de ellas".